1. El relato sus vicios


    Fecha: 14/08/2017, Categorías: Incesto Autor: yamila, Fuente: RelatosEróticos

    ... resistir.
    
    Apreté sus dos piernas debajo de mis axilas, y mi cuerpo contra el suyo, de modo que pronto se la estaba metiendo….. Tuve intenciones de enterrársela a fondo, pero sus suspiros, sus no, no, no….. Cada vez mas tenues, me indicaban que pronto estaría reclamando por mas, mas.
    
    Yo percibí que estaba haciendo lo correcto. Que aquella maravillosa mujer estaba necesitando de sexo tanto como yo. Que en el momento final, ella es hembra, yo macho, que los vericuetos sociales están bien escritos pero no especifican cuando debe haber una excepción.
    
    Cuando sentí que ellas abrazaron mi cuerpo, solté sus piernas, las que ella siguió levantando enroscándolas en mi cuerpo.
    
    Fue ella la que en la desesperación sexual, busco besarme, darme su lengua con gusto a mi poya, y saboreo en la mía sus propios jugos.
    
    Creo que ella busco acabarme así…. Y yo intente resistir con éxito, alargando aquello más de diez minutos….
    
    Decidí intentar mostrar mis habilidades, y desde esa posición, fui girando su cuerpo, hasta ponerla con una pierna estirada en la cama, ella bien de costado y la otra pierna hacia arriba, así, le entre bien adentro, sintiendo su placer en mi piel.
    
    Cuando seguí volteándola, ella debió naturalmente apoyarse ...
    ... en las rodillas, y así ya en cuatro, se la di con mucha pasión.
    
    La abrace tomándola por detrás de sus encantadoras tetas, fue un disparate como se sacudía para tener placer, y cuando ella llegó en un ruidoso orgasmo yo ya no pude contenerme mas y explote sacándole la pija para acabar sobre la curva de las nalgas de su trasero.
    
    Encendí el velador, la mire, la acaricie, lleve su mano a mi pija aun humeante, diciéndole…. Es tuya mamá, es tuya Maria José.
    
    - Es una locura esto, dijo, mientras sus manos frotaban mi leche que pudo recuperar de su espalda…. Es una locura, pero quiero hacerlo de nuevo….
    
    - Sos un amor, fue lo único que respondí.
    
    Pero vaya que lo pensé, esta es una tigra, me sorprendió ella ahora…pero sabia yo que podía darle mas, y comencé a jugar con su bello cuerpo, gozando con la mirada, dándole placeres con mis frotaciones fuertes a veces, muy suaves otras….. Así ella se fue poniendo caliente a tal punto que se vino a poner mi falo al palo.
    
    No se cuanto tiempo estuvimos haciendo el amor esa noche, pero seguro que fueron varias horas….. Amanecimos abrazados como dos amantes bien satisfechos.
    
    Aquella confección de mi hermanastro, me calentó de tal manera, que le exigí al menos una horita para mí. 
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