1. De la nada al todo


    Fecha: 14/08/2017, Categorías: Sexo en Grupo Autor: hotmind, Fuente: CuentoRelatos

    Hola
    
    En el día de mis 29 años, luego de la cena y breve celebración que me gustaban mis compañeros de piso, en la soledad de mi cama y a medianoche me entró una tristeza y desesperación. Tenía 29 años y nunca había tomado ni siquiera una mano a una mujer de modo natural y de pareja.
    
    De adolescente era un chico algo antisocial, amigo de mis amigos y que me costaba hablar con mujeres. En mi familia no había mujeres, ni hermanas ni primas siquiera, por lo que me costaba relacionarme con el género femenino. Los años pasaban y en la época de estudios traté de acercarme a alguna compañera, pero no me iba muy bien. Mi autoestima era muy baja, me encontraba feo, fome y muy flaco para el gusto femenino, si bien era y soy flaco, alto y nada gordo. Comencé a quedarme solo, ya que, mis amigos comenzaron a lograr aquello que estaba lejos para mí, tratar de ligar con alguien.
    
    A mis 25 me aburrí, decidí probar como sea lo que es estar con una mujer, así que recurrí a las acompañantes, putas más bien dicho. Desde la primera vez que pagué por mujeres comprendí que no debía perder la cabeza, que esto era algo para no desesperar y que si no me controlaba podía llevarme a la perdición y perder todos mis ahorros. Por lo que cada 3 a 6 meses visitaba a una puta distinta, lo que me quitó un peso de encima y ahora podía estar al más tranquilo. No obstante sabía y no me quise engañar respecto a que era algo meramente sexual y que a ninguna le gustaba.
    
    Y así llegué a mis 29, solo y ...
    ... emocionalmente disminuido. Si bien había logrado poder establecer alguna conversación formal y coger con las mujeres, ya no insistía en ir más allá y tratar de conquistarlas o invitarlas a salir. No.
    
    Aquella noche me dormí pensando en que ya era muy tarde para mí, que lo mejor era pensar en vivir con mi soledad.
    
    Comencé a pensar más en mi trabajo y a tratar de no mirar mujeres, ya que, despertaban todos esos años de soledad y me descontrolaba de modo de incomodar a ciertas chicas que me gustaban. Mi autocontrol se convirtió en una tensión nerviosa y posterior trauma psicológico que afectó mi trabajo. Por lo que desde la oficina me enviaron al psicólogo en jornadas de trabajo 3 veces por semana. Estaba en mi limite y ya nada me importaba, las primeras sesiones el psicólogo trato de incentivarme a conocer mujeres y experimentar el fracaso remarcando que es algo natural.
    
    En fin en el viaje, de vuelta al trabajo podía distinguir que no solo yo iba a la terapia, sino otros y otras compañeras de labor. Así note a una chica discapacitada, la cual la empresa la contrato por asuntos de integración y demases, tenía dificultades para bajar el bus, por lo que siempre me adelantaba y bajaba primero que ella. Un día equis estaba concentrado en el celular, viendo que puta iba a escoger, hacía mucho no estaba con una y estaba muy caliente por algún contacto. No me di cuenta que habíamos llegado y que era el último en bajar, claro, debía esperar el eterno proceso de bajar del micro de la ...
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