1. Velada inusitada


    Fecha: 02/02/2019, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    LLegó en el avión de las cinco de la tarde y su presencia despertaba miradas inoportunas . Nos fuimos en el coche hasta casa y nos acomodamos . Como el calor apretaba subió a su habitación y se puso un bikini de hipo. Era más bien trikini pero entraba perfecto. Sin más preámbulos se zambulló en el agua y se puso al sol. Estaban las dos amigas juntas y se veían bellas. La amiga se quitó la parte alta del traje de baño y lo enrolló justo hasta la braga. Sus pechos dudé si eran propios o bien operados , pero eran perfectos. Ella no está casada pero ha tenido múltiples relaciones. Desde mi esquina admiraba su cuerpo y mi esposa me miraba asombrada por lo que miraba. Después de un buen rato ella subió al baño mientras mi esposa preparaba la cena. Como yo estaba en la parte alta , oí cómo llamaba para pedir ayuda en el baño. La oía yo solamente y me acerqué. Y allí estaba tal como vino al mundo y sin ningún pudor me dijo , pasa. La miré y mientras me ruborizaba , ella se exhibía y sonreía. Le expliqué el sistema de ducha y me pidió compañía mientras se duchaba. Acepté la invitación y mi miembro estaba contento. Me miraba y se lamía de gusto al frotarse. Le alcancé la toalla y fue a su cuarto a vestirse. Yo hice lo mismo mientras mi esposa terminaba la cena y se vestía . Luego ...
    ... llegaron las risas , los relatos jocosos de su vida y nos preguntó por nuesra relación. Sacó a colación la ducha anterior y lo bien que me había portado. Mi esposa me miró y ella le reprochó que mientras yo estaba solícito , ella no le había ayudado y yo en cambio sí. Nos reímos un buen rato y nos narró aspectos de su vida desconocidos. Nos hizo ver su última relación con un hombre mayor que ella y con el cual mantenía una relación abierta. Entramos en detalles y nos fue convenciendo de sus bondades. Nos animó a ello y mirando a mi esposa le insinuó que yo podría tener relaciones con ella en su presencia si ella aceptaba de buen grado que allí no había otra cosa sino sexo y sólo sexo. Que no había infidelidad sino aceptación tácita y consentida por todas las partes. La amiga se me acercó , se despojó de su ropa y con un gesto lascivo se puso a mi lado. No rechacé nada y me besó en los labios. El ambiente se caldeó y los tres sin hablar una sola palabra fuimos mirando lo que ella hacía conmigo. Miraba a mi esposa y ella asentía con la cabeza. Así trasncurrió todo hasta las tres de la madrugada. Nos fuimos a la cama y al llegar a la cama me metió el hocico en su vulva. Estaba chirriada y me comentó lo bien que había estado contemplando todo. Follamos duro y allí acabó la noche 
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