1. Mi suegro me hizo su esclava (III)


    Fecha: 20/06/2017, Categorías: Sexo en Grupo Autor: noeliamarrana, Fuente: CuentoRelatos

    ... cruzados, uno encima del otro y empezó a atármelos con cinta, aunque yo ponía todo mi esfuerzo en soltarme, moviéndome, pataleando y agitando los brazos, de nuevo él pudo someterme con relativa facilidad.
    
    Desesperada, me di cuenta de que de nuevo estaba perdida, había hecho enojar al viejo y ya me había dominado, supe que de nuevo abusaría de mí y no podía hacer nada; intenté de otra forma y llorando empecé a suplicar: “¡no, por favor, no sea malo, no me haga daño, haré lo que sea, pero no me lastime!”. Entonces él se levantó triunfante y me dijo: “¡claro que vas a hacer lo que yo quiera putita, pero me hiciste enojar y esta vez solo yo voy a disfrutar, tú vas a desear no haberte puesto rebelde y te voy a hacer entender quién manda; no quisiste por las buenas, ahora será por las malas y lo siento, perdiste tu oportunidad!”. Sus palabras me hicieron temblar, no sabía de qué sería capaz el viejo, pero me imaginé lo peor.
    
    Él me volteó boca arriba y con las tijeras comenzó a cortar mi blusa, yo seguí suplicando: “¡por favor, no, por favor, se lo suplico, no, por favor, soy la mujer de su hijo, deténgase, se lo ruego!”; pero para él eso era mejor, vi como sonrió burlonamente mientras seguía cortando mi blusa por la mitad y me dijo: “por eso es más emocionante que tengamos nuestras aventuras sin que nadie lo sepa y de una vez te digo que para que tu pudieras vivir aquí, José me pidió mi aprobación y en cuanto te vi te aprobé porque desde ese momento te deseé y quise ...
    ... cogerte y por eso convencí a Martha y Valeria de que te aceptaran en la casa; porque no es fácil encontrar perras tan sabrosas como tú y que además las celosas de mis mujeres permitieran que entraras. Pero ya basta de plática, será mejor que te calles, que de todos modos te voy a coger, quieras o no, hasta que me harte de ti”.
    
    Ya mi blusa estaba totalmente cortada y entonces él cortó el centro y los tirantes de mi sostén, haciendo saltar mis senos y dejándome desnuda de la cintura para arriba; entonces se quedó viendo mis tetas y se inclinó para lamerlas; yo cerré los ojos pensando en que no debía dejarme llevar de nuevo por lo que mi cuerpo sintiera, no podía aprobar eso.
    
    Afortunada o desafortunadamente, él no estuvo mucho tiempo lamiéndome las tetas; cuando se enderezó abrí los ojos y entonces él se volvió a subir a mi vientre, con las piernas separadas y colocó su miembro en medio de mis senos; con ambas manos los apretó con fuerza y comenzó a moverse adelante y atrás, masturbándose. Yo veía la cabeza de su pene saliendo de en medio de mis senos y tocándome la barbilla, traté de alejar mi cara, pues empecé a sentir el líquido que salía del miembro; sin dejar de moverse dijo: “¡aaaahhhh puta, que sabrosa estás, tienes unas tetas de lujo; que rico se siente como abrazan mi verga, siempre quise hacer esto!”.
    
    Decidí no hablar, tuve la leve esperanza de que terminara de esa forma y me soltara; no me imaginé que ese iba a ser un largo y duro día para mí.
    
    Don José siguió ...
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