1. Negación - Capítulo 4


    Fecha: 14/01/2019, Categorías: Incesto Autor: Gonza-Neg, Fuente: CuentoRelatos

    Miraba el techo. Llevaba un rato sin poder dormir. Mi mente seguía trabajando.
    
    Me quedé en el paradero por un rato. Había un eco de su voz en mi mente que nunca cesaba, un remanente de la propuesta que acababa de recibir. Se repetía incesantemente. Cerraba los ojos y podía sentir su mirada en mí, su ira. Pensaba que había un trasfondo de odio en todo lo que hacía, en todo lo que decía. Bueno, si la intención fue insultarme, lo hizo. Si su intención fue humillarme, lo hizo. Si su intención fue hacerme sentir como mierda, también lo hizo. No lo detuve, tampoco. Pude intentar defenderme y no me atreví. Recibí su amenaza y la acepte, lo peor de todo, es que escuché su propuesta, y estaba por aceptar.
    
    La idea de no verlo nuevamente, de cortar de raíz esta relación – falsa – me impulsaba a recibir la degradación, aceptar la consecuencia de lo que era y lo que hacía. Cuando inicié, me juré que no llegaría tan bajo, vendería mi cuerpo bajo mis propios términos. Aceptar, significaba negar esa parte de mí que creía intocable, inmutable. Le había prometido a Claudia que nunca, jamás trabajaría mi cuerpo sin protección. Intenté con todas mis fuerzas dejar libre una vía de salida, una puerta de emergencias que me permitiera abandonar todo si las cosas se me escapaban de las manos. ¿Acaso esto no se me había ido de las manos ya?, había hecho cosas de las que me había arrepentido luego, y lo superé. No entendía por qué esta vez me sentía distinto. Tenía un mal presentimiento respecto ...
    ... a la decisión que estaba por tomar.
    
    Me debatía entre dos opciones. La primera era simple, cerrar el trato y cumplirlo. Debía formular un plan por supuesto. De alguna forma debía tener una parte del control de la situación. Había prometido dolor – más dolor del que ya había sentido – y yo sabía que existía una forma de luchar contra eso, era imperativo conseguir que Claudia me escuchara. Pero qué pasaba con lo otro, podía tolerar convertirme en un traidor a mí mismo, a mi propia conciencia. Traicionar a Claudia era harina de otro costal. ¿Sería capaz de mentirle?, mirarla a los ojos cuando me arrastrara asustado a pedir pruebas sanguíneas de detección de infecciones de transmisión sexual. No sabía a ciencia cierta en qué me estaba metiendo. Por supuesto que existían otras opciones, además de Claudia, pero cómo podría explicárselo a un extraño, ya me veía bajo el escrutinio de su mirada, mientras me juzgaba en el fondo de su mente. Esas eran las desventajas. Pero existía la ventaja, erradicarlo de mi vida para siempre.
    
    Lo había imaginado en múltiples oportunidades, me imaginada una despedida limpia. Algo así como un trabajo realizado, y luego una ausencia de llamadas prolongada por su parte, eso me haría olvidarlo con el paso de los años - ¿Quién sabe? – o mi retiro. Era la otra situación en la que fantaseé más de una vez. No diría nada, simplemente desaparecería, no asistiría a una cita concertada, tal vez le enviaría un mensaje. ¿Qué escribiría?, “Lo siento” no parecía ...
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