1. Hacer realidad una fantasía...


    Fecha: 14/01/2019, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Yolanda y yo somos un matrimonio que nos compenetramos a la perfección en el terreno sexual; nos casamos hace cinco años y disfrutamos de unas condiciones económicas bastante aceptables, procurando siempre vivir lo mejor posible. Ella es una mujer de 32 años, muy bonita; un poco bajita -1,62 cm-, pero muy bien proporcionada, con tetas pequeñitas muy agradables y un culo excepcional.
    
    Cuando ella y yo follamos, muchas veces fantaseamos con la posibilidad de que otro hombre nos acompañe, follándose a Yolanda delante de mi; yo, pensando en ello, me corro enseguida; incluso a veces utilizamos un consolador, en sustitución de ese segundo pene que imaginamos, pero que no tenemos realmente.
    
    Cierto día ella me insinuó introducir un cambio en nuestras relaciones íntimas, incorporando a otra persona; es decir, hacer realidad nuestra fantasía. Le dije que no, indignado. Aunque pensé que si marchábamos bien en el terreno sexual, tarde o temprano terminaríamos cayendo en la monotonía, aceptando otras opciones.
    
    Quise mantenerme en mis trece, porque realmente me asustaba la idea. Sin embargo, al cabo del tiempo y de muchas conversaciones, terminé accediendo, y lo dejé todo en sus manos.
    
    Cuando llegó el día que yo tanto temía, Julio, un compañero de trabajo de mi mujer, fue invitado a nuestra casa; yo me encontraba escondido en el armario empotrado, desde donde iba a ser testigo que todo lo que allí ocurriera. Ella le dijo que estaba sola en casa; eso les permitiría ...
    ... encontrarse en una libertad total de movimientos.
    
    Cuando aparecieron en el dormitorio, mi mujer iba vestida solo con un sujetador y unas braguitas, calzada con zapatos de tacón. Lentamente se quitó el sujetador, dejando sus pechos al aire; después se bajó las bragas muy despacio, quedándose desnuda por completo, exhibiendo los maravillosos detalles de su hermoso cuerpo, en especial las deliciosas curvas de su precioso culito.
    
    Se abrazó a Julio diciéndole:
    
    - Tengo muchas ganas de conocerte íntimamente.
    
    En seguida le abrió la bragueta y le extrajo el pene, que comenzó a acariciar sin ningún reparo.
    
    De inmediato se abrazaron ambos y se dieron un beso en la boca con gran pasión, al que yo respondí con una tremenda erección, aunque me sentía bastante nervioso.
    
    Estaban abrazados y se besaban y se sobaban sus respectivos sexos. Sin dejar de besarla, él comenzó a sobarle las nalgas.
    
    En unos instantes vi a mi mujer echada sobre la cama boca arriba, completamente desnuda y con las piernas abiertas y elevadas, esperando las caricias de su nuevo amante.
    
    Él mostraba un pene muy desarrollado, acaso de mayores proporciones que el mio.
    
    Repentinamente, él comenzó a besarla por el cuello, descendiendo hasta llegar a sus tetas, chupandole los pezones con gran deleite.
    
    Después siguió bajando, sin dejar nada por besar, y no se detuvo hasta llegar al coño, que ya me imaginaba totalmente húmedo. Se entregó primero a observarlo detenidamente y después a olisquearlo, diciendo a ...
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