1. Marta y el Duende


    Fecha: 10/01/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ¿que me las quite?
    
    -Si,venga quítatelas.
    
    -Pero...
    
    -¿Pero qué? bájatelas,venga.
    
    -¿Y para que?
    
    -He dicho que te las bajes.
    
    -Pero las monjas dicen que...
    
    -Antes me las enseñaste.Te subiste el camisón y te las vi.O sea,que ahora te las bajas porque yo te lo digo y no me hagas dar voces.
    
    Un poco seria se metió las manos debajo de la falda del camisón y se las bajó hasta las rodillas.
    
    -Más abajo,hasta los tobillos....aaaasí....sácatelas y tíralas.
    
    Cayeron al suelo.
    
    -Ahora pónte los ligueros.
    
    Para Martita era más pecado el bajarse las bragas ante un desconocido que el enseñar el chichi.Pensaba que el enseñar el chichi o el culo no era pecado,sólo el bajarse las bragas.Todo esto debido a la escueta explicación de las monjas sobre qué es o no pecado.
    
    -Ya mismo.
    
    Se subió el camisón hasta el ombligo y se ató la faja a sus caderas,quedándo su chochito adornado por las tiras elásticas sueltas.Un chocho con unos pocos pelillos que parecía un grano de café,todo regordete.
    
    Después fue enganchando una a una las tiras elásticas a las medias.
    
    -Ahora ponte las bragas.
    
    -¿Me tengo que sentar en la silla o me las pongo de pie,señor duende?
    
    -De pie y hazlo despacito.
    
    Primero se las metió por un pie y ascendió hasta la pantorrila,después introdujo el otro pie y fue subiendose las bragas uniformemente.Lo hacía con detenimiento,haciendo una leve pausa de vez en cuando para desenrollarlas y ponerlas bien y después seguía subiéndoselas.
    
    -Lo has ...
    ... hecho muy bien.
    
    -Gracias,señor duende.
    
    -Ahora te vas a vendar los ojos,¿de acuerdo?
    
    -¿Vamos a jugar a otro juego quizà?
    
    -Tu hazlo,luego...ya veremos.Coge una media de esas de ahí,una que sea bien gruesa y negra.
    
    -¿Esta por ejemplo?
    
    -Esa.
    
    -¿Me vendo ya,señor duende?
    
    -Si y no hagas trampas.
    
    -Ya esta.
    
    -¿Que ves?
    
    -Nada.Esta oscuro.
    
    -¿Seguro que no ves nada?
    
    -Nada de nada....y ¿ahora que va a hacer?
    
    -Shhhht no seas impertinente,niña.Levanta los brazos y quédate quietecita y calladita.
    
    La puerta se abrió lentamente y entró el viejo.Llevaba un pijama largo y se adivinaba bajo este una figura encorvada y decrépita.Con sus huesudos dedos retorció el picaporte y la puerta se cerró silenciosamente.Contempló a la adolescente en toda su plenitud y no por aquel maldito agujero.Estaba de espaldas a el,con el camisón bajado y trasluciéndose el negro de las medias de costura.
    
    -¿Es usted,señor duende?
    
    Hizo además de irse a quitar la venda pero una mano la detuvo.
    
    -No hagas eso.
    
    -¿Me puedo quitar ya la venda?
    
    -No.No hasta que yo te lo ordene.
    
    La olisqueaba,trataba de retener aquel aroma infantil que emanaba de sus axilas,de su pelo,de su sexo con el que había dejado impregnado su camisón.Agarró los bajos de éste y los levantó hasta los hombros de la niña.
    
    -Las bragas...por favor no me las toque.
    
    -Cállate.
    
    -No me las mire...
    
    -Que te calles.
    
    Se puso de cuclillas y le bajó el elástico de la parte trasera de las bragas un ...