1. El distribuidor de extintores


    Fecha: 06/01/2019, Categorías: Gays Autor: Martz Santo, Fuente: CuentoRelatos

    Hola, soy Germán, tengo 36 años, soy casado con 3 hijos pequeños, soy jefe de mecánicos en una empresa textil dedicada a la fabricación de ropa interior, y quiero contarles algo que me sucedió en estos últimos meses y que me ha provocado serios problemas en mi casa y en mi trabajo.
    
    Todo empezó cuando en mi trabajo tuvimos que buscar un cambio en los equipos extintores porque después de varios incidentes el equipo no funcionaba de manera adecuada y como es imperativo que en cualquier emergencia los equipos de seguridad funcionen adecuadamente ante cualquier eventualidad era necesario un cambio en el distribuidor de los equipos.
    
    Se presentaron varios distribuidores y se decidió probar con el que ofrecía el mejor precio y garantía, se hicieron los cambios que ellos sugirieron y se instaló todo lo que ellos pidieron para ofrecer su garantía.
    
    Ahí fue donde conocí a uno de los empleados de dicha compañía un señor que llamaré Gonzalo, un hombre maduro de más o menos 54 años, como de 1.70, muy amable, robusto, cabello entrecano, gordito, con un trasero divino, él era el encargado de revisar todos los equipos, a él se le reportaba todo incidente relacionado con ellos.
    
    Como a veces se utilizan por cualquier conato de incendio es necesario que estén listos para cualquier emergencia y como se presentan continuamente él estaba al pendiente de todos, su presencia en la empresa era continua por lo mismo a veces estaba casi dos o tres veces por semana y el trato con él se ...
    ... hizo familiar, a veces lo invitamos a comer y el aceptaba.
    
    Para mí era un caballero maduro muy responsable y nunca me ocupé de otra cosa que las actividades cotidianas de cada quien, uno de los mecánicos me hizo un comentario que me pareció fuera de lugar y no le di importancia en ese momento pero se quedó en mi mente.
    
    Como había muchas cosas de que ocuparse seguimos con la rutina de todos los días y fue cuando otro de los mecánicos me hizo la misma observación que empezó a trabajar mi mente y puse más atención a los detalles.
    
    Aquel hombre maduro precioso era muy amable conmigo y siempre me pareció muy raro que al salir de mi trabajo en las tardes, "de casualidad" me lo encontraba en la calle y se ofrecía a darme un "aventón" en su auto para llegar a mi casa, como yo tenía que ir muy seguido a checar productos relacionados con el trabajo nunca lo llevé a mi hogar.
    
    Me acercaba a los lugares que yo visitaba y a veces me acompañaba según el para checar precios, total el trato se hizo muy familiar con él y después de los dos avisos comencé a notar cosas que no había tomado en cuenta antes y me di cuenta de su interés, todo continúo hasta que llegó el momento de hablar claro de sus intenciones.
    
    Le pregunté sin rodeos, dada la confianza que ya existía entre nosotros;
    
    —Gonzalo eres homosexual?
    
    Se quedó mudo y trago saliva antes de responderme
    
    —No, soy bisexual
    
    —Bisexual?
    
    —Sí, me gustan los hombres y las mujeres
    
    —Y te gustó yo? por eso me sigues ...
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