1. Juegos prohibidos entre padre e hija.


    Fecha: 03/01/2019, Categorías: Incesto Autor: destructordeconchitas, Fuente: SexoSinTabues

    Hola, me llamo Iván, tengo 42 años, lo que quiero contar es de cómo empecé a tener relaciones con mi hija. Esto ocurrió hace un año. Mi mujer hacía ya casi 8 años que había muerto, y la verdad es que aquello afectó mucho mi vida. La quería mucho, y teníamos una vida realmente feliz, en todos los aspectos, principalmente en el sexual. Desde siempre habíamos tenido una vida sexual realmente activa e imaginativa, los dos éramos bastante apasionados, yo diría que más que eso. Durante esos años, había estado con algunas mujeres, pero nada serio, únicamente me había ocupado en el trabajo por el cual no estaba mucho con mis hijas. Claudia y Mariana cuando murió su madre tendrían unos 12 y 11 años, y no fue nada fácil criarlas. Claudia tiene 19, mide 1. 68, cabello negro, tez blanca, tiene un hermoso cuerpo y en especial tiene unos pechos grandes y Mariana tiene 18, mide 1. 66, cabello castaño, piel blanca, buen cuerpo y tiene unos pechos grandes y un culo bien parado. Ambas eran muy alegres y andaban caminando por la casa con ropa interior. La cuestión es que en aquel entonces mis hijas se habían convertido en unas mujeres terriblemente atractivas, en especial Claudia y aunque se parecía bastante a su madre, tenía cosas que a esta le faltaban, como una tremenda delantera, lo cual la convertía en una mujer increíblemente sensual. Yo sé muy bien que mis hijas no son ningunas santas, al menos Claudia a quien en una ocasión pillé teniendo relaciones con un novio, además había tenido ...
    ... como cinco novios en su haber y algunos amigos me contaban que mi hija tiene una reputación de zorra en el vecindario y mi Marianita era mucho más bella que su hermana, paraba bastante con sus amigas del colegio y cuchicheaban por ahí… No sé muy bien cómo empezó todo esto con mi hija Claudia, una tarde al pasar por su cuarto la pude ver con sólo una diminuta braga, ella se estaba mirando en el espejo, me quedé perplejo… Claudia, cierra la puerta, le dije muy molesto… ¿Y para qué papá? ¿No te gusta? me dijo como riéndose y cerró la puerta. Me quedé atontado por la vista de mi hija Claudia, pude ver sus hermosos y grandes senos, me excitó mucho, pero preferí quitarme esa imagen, era una completa tontería, era algo asqueroso, pero no pude, esa tarde no dejaba de recordar a mi hija, estuve imaginándola a ella desnuda toda la noche. Los días siguientes mi hija Claudia estaba especialmente, como digamos, provocativa. Me mandaba unas miradas como si quisiera desvestirme, cuando pasaba por mi lado me rozaba con su mano mi miembro, cuando salía de la ducha con sólo la toalla mostraba un poco sus senos, me coqueteaba mostrando la cola, parecía como si estuviera constantemente provocándome. A los pocos días me descubrí en el baño, masturbándome, y la verdad, es que me imaginé haciendo el amor con mi hija, aquello me horrorizó, pero tuve un increíble orgasmo. Ya estaba obsesionado con mi hija y siempre que podía la espiaba mientras se duchaba o cambiaba, incluso decidí entrar a su juego de ...
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