1. EL PASEO MI SOBRINO Y YO


    Fecha: 02/01/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... dije que no se preocupara, que había sido un simple incidente y ya, pero él me dijo que tenía vergüenza, le respondí que no recordaba nada, pero era mentira, lo recordaba todo y con mucho detalle, en especial su pene que me tenía desconcertada. Ese día, antes de almorzar todos íbamos a ir al pueblo pero a última hora me quede para supervisar el almuerzo y el tampoco fue y estando solo nosotros y las empleadas del servicio, cuando iba camino a la cocina él se encontraba en el pasillo, se me quedó mirando fijamente y cuando yo intenté pasar rápido él se me atravesó, tropezamos y nos fuimos contra la pared, me quedé unos momentos mirándolo y él a mí, e inmediatamente después el siendo más alto me tomo por la cabeza y me empezó a besar, trate de zafarme pero mis deseos reprimidos afloraron y no hice nada por conseguirlo, dejando que pasara lo que fuera. El me dijo que no podía olvidar mi maravilloso cuerpo y yo en mi interior quería decirle que no podía olvidar su maravilloso pene. El me condujo hasta mi habitación, yo no hice nada por impedírselo, entramos, el puso cerrojo a la puerta y comenzamos a besarnos y acariciarnos y teniendo en cuenta que estábamos en clima cálido, nuestra ropa era escaza y fácilmente quedamos desnudos. El me recostó en la cama y se subió sobre mí, sentí su sexo contra el mio y un deseo inmenso de qué me penetrara de inmediato, lo cual no le costó mucho trabajo ya que mi vagina estaba bastante lubricada producto de mi excitación, no obstante siendo ...
    ... más grueso que el pene de mi marido me pareció sentir como si fuera un explorador que se abre camino a través de la selva virgen. El acariciaba mis senos, me besaba y pronto comenzó a meter y sacar su pene y yo a sentir que me elevaba al espacio. Hacia tanto tiempo que mi cuerpo no disfrutaba de un orgasmo que no fue necesario que él se esforzara demasiado para que yo gozara de uno y muy placentero. Cada vez que su pene perforaba mi vagina era una sensación extraordinaria, y más cuando empecé a sentir que tocaba el fondo de mi ser, gracias a su formidable tamaño. No puedo negar que disfrute al límite la cogida que me acababa de dar Sebastián y fueron momentos tan espectaculares que el tiempo se paso volando y pronto escuche que llegaban los autos que habían ido al pueblo y Sebastián no tuvo más opción que salir por la ventana del baño que daba hacia la parte de atrás de la casa, entretanto yo me vestí apuradamente tratando de contener todo el semen que Sebas me había dejado dentro de mi vagina, de manera que me puse mi tanga y enseguida ya estaba totalmente empapada, pero no había tiempo para detalles, debía salir y aparecer como que todo estaba muy normal. Afortunadamente las empleadas del servicio habían hecho su trabajo y espere que no hubieran escuchado mis gemidos cuando alcance el orgasmo. A la hora del almuerzo cuando todos estaban sentados y se comenzó a servir me retire a mi habitación para cambiar mi tanga para evitar que me pudiera chorrear por la pierna el regalito ...