1. Desafío de galaxias (capitulo 30)


    Fecha: 30/12/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    —¡Tía, no me jodas! Puedes hacerlo perfectamente.
    
    —¡Yo no te puedo sustituir! —vociferó Marión—. ¿Por qué no lo quieres entender?
    
    —Porque eso no lo entiende nadie ¡joder! Solo puedes ser tú.
    
    —¡De eso nada! Búscate a otro.
    
    —¡No hay otro! —chilló Marisol fuera de sí. Hacia casi quince minutos que las dos se chillaban sin parar, desde que Marisol comunicó a Marión que se quedaba al mando en su ausencia—. A ver si te entra en esa cabeza dura de monja salida.
    
    —¡Y a ver si os tranquilizáis las dos! —vociferó Anahis dando un golpe sobre la mesa— que ya estoy harta de oíros. ¡Sentaros las dos ahora mismo!
    
    Las dos se sentaron enfurruñadas y guardaron silencio como dos crías malcriadas.
    
    —¡Y no estoy salida!
    
    —¡Si lo estás!
    
    —¡A callar las dos, joder! Vamos a razonar con calma, y como alguna de vosotras dos, levante la voz más de lo debido, os juro por Dios que me vais a ver cabreada… y mucho, —las palabras de Anahis sonaron como lo que eran, una amenaza—. A ver, Marisol, ¿por qué tiene que sustituirte Marión?
    
    —Porque tengo que ir al Ares, a Magallanes, y lo que tengo que hablar con Paco Esteban y Bertil, no lo puedo hacer por video enlace.
    
    —A ver Marión, ¿quién puede sustituir a Marisol?
    
    —Pues… ¡que venga Opx desde Ikoma Tome!
    
    —¡Joder tía! Eso no es posible, y lo sabes, —dijo Anahis.
    
    —¡Pues Loewen!
    
    —Tampoco.
    
    —El general Torres…
    
    —Que no.
    
    —Pues…
    
    —Pulqueria y Oriyan no se pueden mover de Nar, —cortó Anahis— como los tres que has ...
    ... nombrado, que no pueden moverse del sector 25.
    
    —Marisol yo no soy como tú…
    
    —Ni tienes porque serlo, solo tienes que ser como tú eres, y hacer lo que tú creas que tienes que hacer, —dijo Marisol cogiéndola por los hombros—. Sabes perfectamente que confío plenamente en ti.
    
    —Lo sé, pero tú eres un líder que yo no soy.
    
    —Solo van a ser diez días, —dijo Anahis abrazándola.
    
    —Además, tienes a Hirell para echarte una mano, —apostilló Marisol con una amplia sonrisa— así no solo te echa polvos.
    
    —¡Marisol! No sigas por ahí, joder…, ¡y no estoy salida!
    
    —¡Uy que no! Como el pico de una mesa.
    
    —¡Os queréis callar las dos de una puta vez! —cortó Anahis, y dirigiéndose a Marisol, añadió—. Y tu no te metas más con ella.
    
    —Pero si no me estoy metiendo con ella.
    
    Tres días después, el Fénix se acoplaba al conjunto del Ares, y Marisol, en compañía de su inseparable Anahis, se reunían con el general Esteban y con Bertil. Los dos le presentaron un informe exhaustivo sobre la situación en Magallanes.
    
    —Resumiendo, —dijo finalmente Marisol— entiendo que no podemos extender la acción de las defensas fijas del portal, y que a causa de la gran cantidad de refugiados que tenemos, estamos al límite de nuestra expansión, ¿es así?
    
    —Así es mi señora, —respondió Bertil— en estos momentos tenemos algo más de seis mil millones de refugiados, y desde mi punto de vista es prioritario garantizar su seguridad.
    
    —Por supuesto, para mí también, —afirmó Marisol— pero son un obstáculo para ...
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