historia encontrada - Relatos Eróticos

historia encontrada

Marisa tiene 38 años y es una mujer muy hermosa, a pesar de sus dudas acerca de su belleza y su peso. Ella tiene un cuerpo rechoncho, regordete y delicioso que amo y sé que un montón de gente que ama en todo el mundo. Es de color marrón claro, playa ligeramente bronceada, marrón, rizado, pelo sedoso, hermosos ojos marrones y una mirada dulce como la típica mujer brasileña. Sus labios son carnosos y maravilloso y siempre me hizo córnea. Ella besa maravillosamente, y no se resiste una mamada a esa mujer. Ciertamente otros (e incluso algunos otros, quién sabe) ya habían sentido o pensado lo mismo de antes que yo.Una jornada que tuvo relaciones sexuales con mi esposa, me sugirió la idea de que ella se sentía otro hombre en mi presencia, como en una película pornográfica de los que vio juntos. En ese momento ella estaba un poco cabreado por su expresión y mirar, pero no dijo ni sí ni no. Pero yo también sé lo que estaba emocionada mientras ve esas escenas tórridas. Ella nunca dijo nada, pero su coño y babeaba mucho con mi polla dentro de ella antes de que esos videos.Toqué de nuevo el sujeto tres o cuatro veces hasta que un día ella me pide en la lata:- ¿De verdad quieres verme tener sexo con otra, como lo vemos en esos filminhos juntos ??Confieso que tenía frío, pero ya era demasiado tarde para retroceder.- Por supuesto que sí. - Dije casi sin palabras y muy sorprendido.- Está bien, un ex novio me ha cantado unos 5 o 6 veces, pero nunca cedió y se fue con él después de que usted ...

... y yo empezamos a salir. Ahora le diré que quieres ver follando con él y ver si tropieza, puedo ??- Está bien, amor. Avísame cuando será.Estaba sin aliento con su propuesta y mi pene estaba muy duro y ella vi y me encantó. Marisa volvió ladinho y presionó su cuerpo al mío. Sólo llevaba un suéter de algodón sabroso y fresco porque solía dormir sin ropa interior para recomendaciones ginecológicos. Mi polla palpitaba contra su culo y ella era un poco sin aliento. Abrí el botín suave su pincelei su culo, que parpadeó también, aunque ella odia la idea del sexo anal, y se fue a su coño para evitar ningún tipo de m*****ia de la misma en nuestro sexo. Su coño estaba caliente, palpitante y el goteo. Penetrado lentamente y con firmeza mi polla y yo estaba fuera de casa en silencio. Sólo escuchado nuestros gemidos y respiraciones fuertes. Disfruté de su coño palpitante en litros, que también disfrutó de muy crispar todo en mis brazos y gimiendo más fuerte que de costumbre. Toqué su clítoris que era muy duro y bien planteado y ella gimió aún más hasta que mi polla se suavizó y se fue fuera de su coño. El contacto entre el culo y mi polla era una delicia y mi polla endurecida de nuevo después de unos minutos sintiendo la suavidad de su piel, pero estaba cansada y tenía que levantarse temprano. Dormimos abrazó y ella ni siquiera tenía fuerzas para ir a limpiar su coño inundado con mi esperma caliente.Pasamos unos días hasta que un sábado me llaman en el almuerzo y dijo que sería esa noche ...