Morboseando con el señor de la basura - Relatos Eróticos

Morboseando con el señor de la basura

... cagando y comer directo de tu ano, quiero verte mear y cagar mientras me la jalo y lleno tus ropitas finas de mi leche y que te vayas a casa con tus papis con mi leche en tus calzoncitos. (mientras me decía todo eso, yo empecé a sentir un calorcito muy rico en mi vagina y sentía como ésta se empezaba a humedecer y sorprendentemente la verga del viejo empezaba a engrosarse y a levantarse lentamente, mientras se masturbaba con su mano) seguía diciéndome: quiero que pases en las mañanas así bañadita como ahorita oliendo a jabón, perfume y tu ropita con olor a detergente y que salgas de aquí con olor a mi leche y a la comida podrida que la mayoría de las veces tengo que comer y sobretodo que huelas a caca que te voy a sacar con mi lengua y quiero que veas como me como tu caca mientras te masturbas tu almejita esperando a que te de mi leche. Sin pensarlo metí mi mano dentro del leggin, debajo de mi tanguita, me di cuenta que estaba empezando a humedecerla y comencé a meterme dos dedos mientras veía la verga del viejo que ya estaba logrando más firmeza, me saqué una teta y la apreté con fuerza mientras seguía masturbándome con mis dedos, me di cuenta que estaba dentro de la casa de lámina, pero a la vista de las personas ...

... que pasaban por la calle, que no eran muchas, cerré un poco la puerta de madera donde apenas entraba un poco de luz, casi estaba oscuro, pero alcanzaba a ver perfecto la verga del señor y su cara, sus ojos rojos vidriosos que estaban perdidos en mi teta, los 2 empezamos a gemir al mismo tiempo, al mismo ritmo que yo metía y sacaba mis dedos el se masturbaba, nos vimos a los ojos y aumentamos la velocidad, nuestros gemidos quedaron ahogados y nos estremecimos, vi como salían chorros y chorros de leche de esa verga y por poco llega a salpicar mis tenis de tela blancos, estaba demasiado excitada, jamás creía que el viejo fuera tan cerdo, no me esperaba que me hablara así y mucho menos que tuviera semejante verga y que aún le respondiera a pesar de la edad y que sacara chorros con tanta potencia, cerré mis ojos y tuve un rico orgasmo con flujo abundante, saqué mis dedos mojados y apreté las piernas, entonces acomodé de nuevo mi tanga y sentí como se mojó inmediatamente, le mostré mi mano al viejo con mis dedos mojados y le hice una seña de adiós. Abrí la puerta y salí caminando rápido con el corazón acelerado, el horrible hedor aún en mi nariz y riéndome de lo rico que había sentido y de la locura que acababa de hacer.