1. La prueba de la amistad


    Fecha: 26/11/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    La prueba de la amistad
    
    Comenzaba a oscurecer cuando Dani, mi amigo y compañero de habitación, y yo deshacíamos las maletas en la habitación del hotel. Como hacía ya un par de veranos, acudíamos a Calafell a participar en un torneo de volei-playa a la vez que disfrutábamos de unas merecidas vacaciones. Dani y yo compartíamos la habitación pues resultaba así mucho más económico. Después de cenar, y debido al sofocante calor decidimos ir a darnos un baño en la piscina, la cual, a esas horas, estaba ya casi vacía. Antes de entrar en el agua Dani se encontró con una chica a la que al parecer debía conocer de algo. Era bastante maja. Morena, de ojos verdes, o eso parecía a la luz de las lámparas que alumbraban la piscina, con una media melena que le llegaba a los hombros y unas medidas que le hacían parecer bien proporcionada. Llevaba aún puesto el bikini e imagino que debía haber pasado la tarde tomando el sol. Estaba muy bronceada y su color oscuro de piel contrastaba con el llamativo color amarillo de su bikini. A su lado había un chaval de su edad más o menos que miraba a Dani con cara de pocos amigos. Después de una breve conversación Dani y yo nos dirigimos al agua, o más bien se dirigió Dani pues en cuanto pude tenerlo cerca del borde le empujé con fuerza y Dani calló de espaldas al agua formando un gran escándalo. Yo me quité la camiseta y me tiré detrás de él y allí mismo comenzamos una fuerte guerra en la que intentábamos ahogarnos el uno al otro sin que ninguno de ...
    ... los dos lograra imponerse. Yo era algo más grande y fuerte que Dani pero él era hábil y escurridizo y no se dejaba atrapar fácilmente. Después de un rato de juegos y bromas decidimos darnos una tregua y relajados cerca de una esquina de la pared le pregunté quién era la chica.
    
    Es Silvia, una vieja amiga.
    
    No muy vieja –le dije yo- no creo que tenga más de 26 ¿no?
    
    25 –dijo él- pero la conozco casi desde que era una niña, pues fue mi vecina durante muchos años.
    
    Es guapa, ¿es ese su novio?
    
    No, bueno, no sé, creo que no, debe ser algún amiguito suyo.
    
    Luego empezamos a hablar de los partidos del día siguiente, de los equipos con los que nos enfrentaríamos, casi todos ya conocidos, y de las posibilidades que teníamos de ganar el torneo.
    
    En la mañana del día siguiente jugamos el primer partido. Los partidos se celebraban en la playa, en una tranquila calita que no era muy visitada porque allí la orilla desaparecía abruptamente a diferencia de las largas orillas de arena que había en otras calas cercanas. Había gente siguiendo los partidos, la mayoría eran los componentes de otros equipos que aprovechaban para estudiar a sus rivales pero también gente de fuera, y entre ellos me pareció ver a Silvia, esta vez sola, sin su acompañante nocturno. Ganamos con facilidad el partido y fuimos a celebrarlo con un baño en la playa. Pasarían un par de horas antes de que nos tocase jugar de nuevo.
    
    No hacía mucho que estábamos en el agua cuando la vi entrar a ella. Esta vez ...
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