1. Los calzoncillos de mi compañero de piso


    Fecha: 25/11/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Los calzoncillos de mi compañero de piso
    
    Por RDM
    
    Tengo 20 años. Este ha sido mi primer año de Universidad. Conseguí un piso para compartir con otro chico en un anuncio.
    
    Se llama David y enseguida nos llevamos bastante bien. Como a ninguno de los dos nos gusta hacer las tareas de la casa, decidimos que las debíamos realizar durante 15 días cada uno.
    
    Los dos lo cumplimos bien porque nos gusta vivir ordenadamente y limpios. David cocina unas cosas mejor y a mí me salen más buenas otras, todo dentro de lo normal, un trato bastante equitativo.
    
    Tenemos novia cada uno, dos niñas muy jóvenes, que nunca se llevaron bien, por esto no salimos juntos. Ellos van por su lado y mi novia y yo por el nuestro. Las chicas tampoco vienen mucho a casa, para no encontrarse la una con la otra. Pero mi compañero y yo sí que somos muy colegas y nos tenemos bastante cariño. Una vez que él estaba enfermo, con muchísima fiebre y apenas podía moverse lo cogí por debajo de un hombro y él pasó su brazo alrededor de mi cuello y lo llevé a mear. Su pijama sólo tiene un botón en la bragueta y recuerdo que con suavidad se lo abrí y metí la mano por encima de su vello púbico, que me hacía cosquillas, para cogerle el pene. Se lo saqué, estaba fláccido y era bastante grande, pero como mi amigo apenas se enteraba de nada y no acertaba en la taza, tuve que sostenerlo en mi mano apuntando al water hasta que terminó.
    
    Como he dicho nos tocan las faenas domésticas a medias. Un día que yo estaba ...
    ... poniendo lavadoras, al meter uno de sus calzoncillos ví claramente manchas de esperma. Me sonreí, porque yo hacía lo mismo que él al pajearme, me limpiaba con los calzoncillos. No sé por qué me los llevé a la nariz, por curiosidad supongo. Olían bastante a bolas sudadas y un poco a culo. Pero por encima de esto un perfume a sexo muy rico. Parecido al mío. No me dio asco, al contrario, me gustó.
    
    Desde entonces cada vez que pongo lavadoras se los huelo uno por uno. Me parece que así conozco más a mi compañero y le guardo más cariño. No hay nada sexual en esto, entonces no se me pasaba por la cabeza tener relaciones ni nada parecido. Simplemente era algo animal, como cuando me pongo el jersey de alguno de mis hermanos y por el olor sé a cuál pertenece. Creo que tiene algo que ver con el reconocimiento de tus iguales, como hacen los perros oliéndose el culo.
    
    Otra vez en que yo me emborraché mucho en una fiesta a la que habíamos ido sin nuestras pibas, al salir vomité y David me llevó a casa y me dejó encima de la cama, me quitó los zapatos, los calcetines, la camisa y por fin tiró de mis vaqueros dejándome en slips. Yo me reía y le decía que estaba abusando de mí. Sentí sus dedos en mis slips cuando me los bajaba hasta los tobillos para quitármelos.
    
    Luego me llevó a la bañera y abrió la ducha, pero como yo me quedé sentado medio muerto sin que me importara el agua tibia que me corría por encima, se desnudó y se metió conmigo. Cogió la maguera y la dirigió a mi pelo, me lo ...
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