1. Cuando se cogieron a mi mujer (Segunda parte)


    Fecha: 20/06/2017, Categorías: Anal Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... top transparente verde agua, una diminuta colaless, y medias bucaneras al mismo tono, ese verde flúo solo hacía resaltar el bronceado candente de su piel.
    
    Su amante llegó un poco tarde, como de costumbre me dio un fuerte apretón de manos y avanzó con descaro a mi esposa, metiéndole profundo la lengua en la boca al tiempo que le apretaba con fuerza uno de sus glúteos, ella esbozó una protesta porque en su saludo Jeremías llegó a meterle una falange en el culo, nos dijo que por ser una ocasión especial no nos cobraría, y no solo eso, además nos había traído un obsequio.
    
    Me tiró una pequeña caja, era para mí, la abrí intrigado, era una de esas jaulas plásticas para aprisionar penes, me reí por la loca idea, pero bueno, era excitante…
    
    Me desnudé, yo ya sufría una pronunciada erección y casi que obligué a mi pene a perderla, como diera lugar, voluntariamente puse mi pija y mis testículos dentro, ajusté el candado y le entregué la llave a mi mujer, la sensación era rara, mi verga trataba de explotar dentro de la caja, pero estaba prisionera, solo me acomodé a un lado, era hora.
    
    Mi esposa parecía hervir en fiebre, sus pezones se marcaban nítidamente en la fina tela de su top, sus ojos hambrientos mostraban lo puta que era, casi no le dio tiempo a Jeremías a desnudarse, empezó a besarlo como desesperada, como poseída, en la boca, en el pecho, en el vientre, hasta caer de rodillas a sus pies y llegar a su miembro, mi esposa lo admiraba como perdida, es que llamativamente ...
    ... la pija de ese hombre era casi tan ancha y tan larga como el antebrazo de mi querida.
    
    Elizabeth solo empezó a chupársela de una manera mi puta, se la metía en la boca sin lograr mucha profundidad, masturbándolo con ambas manos, o solo pasando la lengua desde sus depilados testículos hasta su glande, pasando por todo su tronco con venas marcadas, tratando en todo momento de mantener contacto visual con su amante. Jeremías observaba la situación con una mirada altanera, sabiendo que tenía el control, sabía que mi mujer se moría por su verga, sabiendo que yo disfrutaría cada acto que el realizase, el maldito sabía que todo se haría a su manera.
    
    Mi mujer le chupaba la verga en una forma tan exquisita, casi desesperada, mi pija quería escapar de la jaula que la mantenía prisionera, por la imposibilidad sentía un dulce placer entre mis piernas, con la necesidad de querer tocarme y no poder hacerlo.
    
    Elizabeth, como una puta caliente en un momento lo dejó y fue por los preservativos, tan desesperada que hasta patinó al borde de la cama, sacó uno con prisa y con cuidado de no lastimarlo con sus uñas empezó a desenvolverlo sobre el tronco venoso de nuestro invitado, al llegar a su fin, aún quedaban unos cinco centímetros por cubrir, ella imploró como una chiquilla para que él se la cogiera.
    
    El la acomodó en cuatro patas sobre el colchón de la cama, le acarició un par de veces con su verga dura la entrada, hasta que al final se la enterró hasta el fondo arrancándole un grito, ...
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