1. Cuando se cogieron a mi mujer (Segunda parte)


    Fecha: 20/06/2017, Categorías: Anal Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... lado. Aparentaba entre sesenta y setenta años, era evidente su bienestar económico, perfectamente vestido con traje azul, rasurado, con el cabello cano prolijamente recortado, luciendo reloj y anillos dorados, probablemente de oro, resaltando fanfarronamente su opulencia.
    
    En algún momento de la noche Elizabeth fue hasta el baño, yo me quedé jugando en el paño, y disimuladamente, tal cual imaginé, el viejo dejó su lugar en la mesa y pensando que yo no lo notaba, fue tras los pasos de mi mujer.
    
    Ella volvió poco después con una sonrisa pícara en los labios, seguramente guardaba algún secreto, el viejo por su parte había cambiado de mesa, ahora apostaba a juegos de naipes, entonces me comentó lo que había sucedido.
    
    El viejo, Juan Carlos era su nombre, la había abordado, por las curvas de mi mujer y por su sexi vestimenta, había asumido que era una prostituta vip, de las que suelen frecuentar esos sitios, le había propuesto que me dejara y fuera con él a pasar la noche, abrió la billetera y le enseñó varios dólares perfectamente acomodados. Por su parte ella le confió que no era la historia que había imaginado, que no era prostituta, que nosotros éramos marido y mujer y que ella no lo hacía por dinero, es más, le dijo que con gusto lo haría gratis con la sola condición que me permitiera a mi estar presente.
    
    Honestamente me sorprendió en ese momento, no habíamos charlado nada acerca de nuevos encuentros con terceros, el tipo le respondió que no era lo suyo, que esa no ...
    ... era su forma, que era tradicional y que yo lo incomodaría.
    
    Sin embargo, cerca de las cinco de la mañana, y después de varios intentos infructuosos en los que probó una y otra vez llevarla a la cama por dinero, situación con la cual nosotros reíamos, y viendo que Elizabeth estaba intransigente en su posición, terminó cediendo, asumiendo que era eso o nada.
    
    No voy a abundar en detalles, la reunión fue un fiasco, el tipo no podía dejar de ignorar mi presencia y estaba nervioso, demasiado nervioso, no sabía qué hacer, como reaccionar, yo estaba sentado a un lado esperando que se la cogiera, pero eso nunca sucedería, a pesar de que mi mujer se había desnudado e irradiaba belleza, pecado y deseo por cada poro de su cuerpo.
    
    Solo una parte para no dejar pasar por alto, después de tantos fracasos Elizabeth solo se limitó a masturbarlo con sus manos, hasta que el viejo apenas eyaculó sobre sus tiernos pechos, entonces ella, al igual que había hecho con sus amigos tiempo atrás, me pidió que la lamiera y la limpiara, muy loco, muy perverso, como sea, fui sobre ella y me dediqué a complacerla, a pasar mi lengua sobre sus tetas y beber los jugos del viejo que miraba sin entender, los pezones de mi esposa estaban duros y sus gemidos me hacían saber que moría de excitación, evidentemente había una química especial en este juego morboso.
    
    Sin imaginarlo, empezamos con una aventura loca de amantes improvisados, pero tuvimos que perfeccionar nuestras aventuras, ya que como nos había ...
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