1. Me excita que me toquen las patas


    Fecha: 04/04/2024, Categorías: Fetichismo Tus Relatos Autor: Charapola, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Nunca pensé que plasmar mis fantasías y fetiches escribiendo fuera tan placentero. Amo escribir, pero no tanto como sentir semen caliente cayendo sobre mis pies.
    Me llamo Paola y quiero compartir mi historia y cómo llegué a convertirme en la puta más deseada del colegio a causa de mis pies. Todo comenzó cuando tenía 20 años, en un verano muy caluroso. Un día con demasiado calor decidí vestirme muy fresca para salir, y me puse un vestido corto y unos huaraches. 
    Mi cuerpo siempre me había causado vergüenza porque soy muy chaparrita, tengo unas piernas muy gruesas, unas caderas muy anchas y un culo muy grande, pero mi cuerpo superior es muy esbelto, por lo que yo sentía que mi cuerpo estaba mal proporcionado. Pero lo que más me avergonzaba eran mis pies, mis enormes y largos pies de talla 27 mexicana (10 USA, 42 EU), demasiado grandes para una chica de 1.52m de estatura. Pero ese día estos pies me llevaron a un camino que nunca esperaba.
    Llegué a la facultad muy acalorada, llegué al salón de mi clase de nutrición y me senté cerca de la ventana. Todavía no comenzaba la clase y la banca de enfrente estaba vacía así que me quité los huaraches y subí los pies; tenía puesto un esmalte de uñas color rosa intenso y mis pies estaban un poco sudados. Un chico llegó y se sentó junto a la banca donde había subido mis pies, y pude notar que el chico no dejaba de verme los pies. Discretamente les tomaba fotos con su teléfono para que yo no me diera cuenta y se me hizo gracioso, así ...
    ... que empecé a mover mis dedos y a jugar con ellos a propósito. En ese momento yo no sabía lo que era el fetiche de pies, así que no me pareció algo malo, sino algo gracioso.
    El chico seguía tomando fotos y videos de mis pies con su teléfono y de pronto comenzó a sudar. Para seguirle el juego puse uno de mis pies sobre su banca, cerca de su mano y empecé a mover mis dedos para llamar su atención como un simple juego. Él se dio cuenta y empezó a reír discretamente porque la clase ya había comenzado. 
    Entonces con su mano intentó hacerme cosquillas en la planta del pie y yo quité mi pie rápidamente. Así iniciamos un juego en el que yo lo molestaba acercando mi pie y él intentaba agarrarlo, así una y otra vez. Hasta que logró agarrarme del tobillo con una mano y con la otra empezó a acariciarme la planta del pie y los dedos. Pero sus caricias no se sentían como cosquillas, sino como algo erótico, por lo que intenté quitar mi pie, pero él me tenía bien sujetada del tobillo y no podía moverlo.
    Sus caricias me empezaron a excitar, demasiado, y me puse muy nerviosa porque no esperaba ponerme caliente a mitad de una clase. Mi compañero de pronto se lamió los dedos y me siguió acariciando el pie con sus dedos mojados. Miré alrededor y nadie se daba cuenta de lo que estaba pasando, así que le acerqué mi otro pie y empezó a acariciarlo también. Nunca había sentido un placer tan intenso, mi vagina comenzó a mojarse, estaba completamente empapada y mi pulso se aceleró como loco. Entonces ...
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