Le mostré lo que quería ver - Relatos Eróticos

Le mostré lo que quería ver

... esperar, me veía sin importarle si yo me daba cuenta o no y hasta abría la boca como si se estuviera saboreando, me fui caminando lentamente hacia donde estaba mi ropa, de perfil a él y por ende mostrandole la parte delantera de mi ajustado bikini rojo con la enorme cabeza de mi pitó apuntando orgullosamente hacia adelante intententando romper la tela para saludarlo. La tela húmeda parecía enfatizar la cabeza, llena de sangre, la erección me levantaba el bikini como una carpa, tanto que mis huevos y la base de mi verga eran visibles entre mis vellos cuando caminaba, de reojo veía la ardiente mirada de lujuria que el chico le estaba dando a mi verga, que se contoneaba a cada paso que daba, como si no estuviera cubierta,  nuestras miradas se cruzaron, le di una coqueta sonrisa como si le diera a entender que no me molestaba para nada que me estuviera viendo y que yo disfrutaba enseñar y provocarlo, cuando llegué a dónde estaba mi ropa giré hasta quedar justo frente de él mostrando mi enorme bulto me lo sobé con descaro en frente de él, su cara de excitacion era evidente y con todo esto mi morbo llegó al extremo de la depravación, que sin detenerme a pensar continué con mi exhibición, si quería verme la verga, le iba a dar gusto, me até la toalla el rededor de la cadera, y me saque el bikini mojado sacándolo por la parte de abajo, me levanté y observe al chico, quien con los ojos bien abiertos y casi sin parpadear no perdía detalle de la escena, estaba como en trance ...

... viéndome, casi hipnotizado, yo me agarraba el bulto que se levantaba sobre la toalla como intentando secarme los huevos mientras  y de pronto me miró a la cara, sin decir nada como si él me diera a entender que lo quería, me dije a mí mismo, aquí me vas a demostrar que tan puto eres, bajé la mirada viendo mi bulto sobre la toalla y luego volteé a verlo le sonreí, él asintió con la mirada, le guiñe un ojo y su mirada solo dijo hazlo, desaté la toalla, ofrecíendo a su vista, mi enorme pitote de 21 cm bien parado, duro moreno con las venas super hinchadas y una cabeza en forma de higo casi morada, se quedó con la boca habierta y sus ojos se agrandaron  aun más al verla, yo hacía balancear mi dura verga con un solo dedo, agitandola como el trampolín de una piscina, mi verga venosa, palpitaba y se movía con fuerza, no paraba de menearse de arriba abajo sóla, cuál si tuviera vida propia, parecía que lo llamaba y mis huevos peludos se contoneban. Con mi mano derecha me agarré por la base de mi vergota, la puse sobre la palma de mi mano estendida y la azoté contra ella escuchandose el sonido de “plass, plass, plass,” ver la cara del chico ante semejante “obra de arte”, me produjo una sensación tan placentera, que no es posible describirla con palabras; él estaba embelesado ante mi fascinante pitote, cuando de pronto nos dimos cuenta que alguien se acercaba al lugar donde estábamos así que rápidamente me vestí y me fui de ahí, eso sí con la verga aún parada pues este chico me había excitado ...