Mi mujer orgasma sin parar - Relatos Eróticos

Mi mujer orgasma sin parar

Fin de semana en un pueblo de Toledo. Nuestros anfitriones son esos amigos de verdad, de toda la vida, à los que, aunque no nos veamos mucho, siempre están hay con esa calidad de amistad.
Estuvimos todo el día en la piscina y comimos en un bar, paseamos, montamos en moto por el campo y.... llego la noche.
Las hijas de mis amigos salieron de marcha y nosotros nos quedamos en el salón charlando y tomando copas al calor de la chimenea. Carmen y Juan, nos comentaban lo bien que se conserva Isabel(mi mujer) pues parece que tenga 15 años menos(tenemos 62añis mi mujer y yo, y, 63 Juan y 52 Carmen) y Juan nos dice que se estaba poniendo muy cachondo viendo a Isabel en bikini.
"Es verdad, siempre he estado un poco loco por tí Isabel"
"La verdad es que a Richy siempre leha pasado lo mismo con Carmen he incluso hemos fantaseado con compartir buenos ratos, pero es solo fantasía. Y eso que la tienes grande y gorda eh Juan? Siiii, te la vi hace unos años en la playa, cuando se te cayó la toalla mientras te cambiabas"
Nosotros también hemos pensado muchas veces en intercambiar os con vosotros, pero el riesgo de perder nuestra amistad nos ha cortado. 
"pero vosotros lo habéis hecho alguna vez" pregunté curiosa. 
--Solo un par de veces y siempre con desconocidos, y por insistencia de Juan. 
Aquella conversación iba subiendo de tono y las copas y el calor del hogar ayudaban bastante. 
Las chicas fueron a la cocina a buscar hielo y cuando volvieron tenían un plan bien estudiado. 
Con ...

... la excusa del calor, se quitaron los Jerseys, pero la una a la otra, rozandose y poniendo posturas sexis. 
10 minutos después nos confesaron que cuando iban al instituto, se habían dado placer primero a sí mismas en la misma habitación y luego entre ellas, y comenzaron a tocar-se delante nuestro. Se fueron quitando la ropa, lamiendose, tocandose y enseñandonos sus rizados peones. 
Nosotros estábamos estupefactos, pero encantados y cuando estábamos a cien, se sentaron, pero cambiadas. Carmen a mi lado en braguitas e Isabel con Juan aún con la falda y ropa interior. 
Seguimos hablando, poco, y acariciandonos mucho. 
Juan comenzó por liberar los pechos de mi mujer ya la vez que on una mano lis sobaba y mordía sus peones, con la otra iba subiendo y separando la falda hasta acariciar la raja de Isabel por encima de la braguitas. 
Yo por mi parte abortó en las tetas y coño de Carmen, no dejaba de mirar como jadeaba mi mujer en los brazos de otro hombre. 
Carmen en el sofá empezó a meterme mano y sacándome la polla se puso a chuparmela, dejando su vaina a la altura de mi boca. 
Isabel y Juan tampoco perdían el tiempo, tantos años deseando os y pir fin nos disfrutabamos. 
Cuando Juan se movió y dejó ver su miembro, más grande y gordo que el mio, quede boquiabierto pensando si todo eso le cabría a mi mujer. 
Y le entró, vaya que sí. 
He de confesar que mis celos y mi placer crecía por igual. 
Ver a mi mujer con toda esa polla metida hasta el fondo de su coño y el Chap Chap ...