Mi esposo se coge a otro en mi propia cama (gay) parte 1 - Relatos Eróticos

Mi esposo se coge a otro en mi propia cama (gay) parte 1

les contare la historia de cómo me fueron infiel en mi propia casa, es algo de lo que me quiero desahogar y compartir ya que no tengo a nadie más a quien contarle..
Mi esposo Martin y yo siempre fuimos los mejores amigos nos contábamos todo, y lo éramos todo en el rancho siempre estábamos juntos como amigos ante las personas y al día de hoy llevamos 3 años de casados, lo hicimos muy jóvenes yo tenia 17 y el 19, ahora tenemos 20 y 22 años fue algo inesperado y prematuro pero no me arrepiento, lo hicimos a escondidas, ninguna de nuestras familias o amigos se enteraron, ya que el y yo migramos a los estados unidos hace  años, vivíamos solos y yo no podía sentirme mas pleno en la vida, me sentía tan feliz y realizado que nunca imagine lo que sucedería a continuación, Martin es alto de tez morena clara y muy guapo, yo soy un poco más bajo que el y soy de tez blanca y  muy bello según él. una tarde en que Martin y yo nos disponíamos a tener sexo y eso si que llevaba tiempo ya que Martin tiene una verga muy grande y está completamente sin circuncisión y yo tenía que bajarle la piel con mucho lubricante, masajeándole el glande hasta que este estuviera completamente descubierto y ahí estaba el con las piernas completamente abiertas y desnudo de la cintura para abajo bebiendo de su cerveza y yo desnudo en totalidad en medio de entre ellas haciendo mi trabajo hasta que recibió una llamada en su teléfono, era su padrino que se comunicaba para pedirle un favor, yo inmediatamente hice una ...

... cara de desaprobación indicándole que rechazara cumplir cualquier petición que fuera a pedirle y continuáramos con lo nuestro  en cambio me aparto se salió del cuarto para tener privacidad en aquella llamada, pero a mí no me iba a dejar con la incógnita, así que lentamente y con cuidado fui tras el para escuchar lo que se decían. En la llamada su padrino le pedía si podría recibir a su hijo menor Emiliano, con nosotros, ya que también quería cruzar los estados unidos y lo que me hizo enojar fue que le pedía a mi esposo que pagara su pasaje al coyote y eso no era cualquier dinero, eran 3000 dólares de lo que hablábamos, podíamos costeárnoslo por supuesto, pero era nuestro dinero por el que habíamos trabajado tanto y lo que me enojo aún más fue que Martin acepto sin chistar, básicamente le daríamos todo a manos llenas a ese tal Emiliano que cuenta con 18 años y la razón de mi enojo fue que hasta donde yo sabia el tipo era un bueno para nada y aun cuando vivíamos en el rancho mi percepción de él era la misma, siempre fue un niño consentido que hacía rabietas si no tenía lo que quería, pero tuve que aceptar y resignarme porque Martin ya había tomado una decisión, sin consultarme o pedirme mi opinión, pero que persona enamorada no cierra sus ojos y oídos ante algo así , al terminar la llamada volví corriendo a la habitación y Martin me aviso de lo que se haría a continuación, Emiliano cruzaría la frontera, pagaría su coyote y lo recibiríamos en la casa, Martin le daría trabajo en ...