1. TANGAS NEGRAS


    Fecha: 17/11/2018, Categorías: Fetichismo Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    TANGAS NEGRAS No interesa quien escribe esta historia, es solo una historia… María José hoy ve las cosas con otra perspectiva, aunque sea una joven de poco más de veinte, aun lleva a flor de piel la locura, la adrenalina y la vergüenza de haber pertenecido al ‘club de las chicas de tangas negras’. Ella apenas tenía catorce años, llegando a los quince, vivía en la opulencia de una clase alta, colmada de dinero, rodeándose de chicas de su mismo nivel, era todo lo que su círculo de vida le permitía saber. No tenía de que preocuparse, los sirvientes de la casa lo hacían todo por ella, personas mayores que la trataban ‘como la señorita de la casa’ y a los que no se les permitía que la tutearan, por el contrario, ella en su malacrianza era quien solía burlarse de la humildad de las personas de su entorno. Y en ese entorno de vida, donde todo sobraba, donde todo lo tenía con pedirlo, donde no sabía lo que era sufrir, padecer, o simplemente no tener algo, su vida comenzó a ser monótona y predecible, porque sin saberlo, por tenerlo todo, no tenía nada, su alma estaba vacía. Sus padres costeaban un carísimo colegio inglés, top de top, donde convivía con niñas de su misma clase social, donde enseñaban buenas costumbres, varios idiomas, doble turno, donde la monotonía de sus uniformes de pollera y camisas color té con leche, con esas camperas coloradas solo la hacía una más entre muchas, nada especial, una entre tantas. Había un denominador común en ese colegio, chicas, adolescentes ...
    ... hastiadas de la opulencia, hastiadas de ser encuadradas en un mundo perfecto, hastiadas de ser niñas modelos, robotizadas, estructuradas. María José sabía de la rebelión, sabía que había chicas, compañeras que estaban en algo raro, no sabía bien de que se trataba, solo se comentaba por lo bajo que había una especie de club secreto, como una secta en la cual era muy difícil entrar, ser parte. Era un secreto a voces, cosas que se decían en voz baja en los recreos, cosas de niñas que querían cambiar su vida. Si una virtud tenía la protagonista de esta historia era su persistencia, su obstinación, su terquedad cuando algo se le ponía entre ceja y ceja. Así se movió con sigila como un experto detective hasta que al fin logró contactarse con una de las chicas que pertenecía a ese grupo secreto, al fin estableció una amistad que le permitió tener certeza de ese algo desconocido para ella. Fue entonces cuando lo escuchó por primera vez de los labios de su nueva amiga, casi un susurro, EL CLUB DE LAS CHICAS DE TANGAS NEGRAS Su ingreso no fue fácil, tuvo que pasar algunas pruebas, como ritos para ser digna de ingresar, algún aplazo en un examen, un desplante ante un profesor, amonestaciones por rebelde, y solo cuando fue digna, fue aceptada. Sandra, la amiga que le daba las instrucciones para ingresar, la llevó al baño del colegio, levantó su pollera y le enseño la colaless negra que usaba, le dijo que debía conseguirse una pequeña parecida, también hizo mención a las iniciales de su ...
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