Un fin de semana en la playa (2 parte). - Relatos Eróticos

Un fin de semana en la playa (2 parte).

... haciéndolo acabó dentro de mi culito, me lleno de tanta leche que chorreaba calientita por mis piernas, sin dejarme descansar Félix me puso boca arriba y con las piernas hacia atrás como un pollito asado me penetró de un solo golpe, sentí que me llegó hasta el estomago, igual que Carlitos entraba y salia de mi culito cientos de veces, llegaba hasta mi boca y me besaba mientras seguía entrando y saliendo con su inmenso guevo en mi culito, yo le decía dame mas amor, dame mas, y el se volvía loco y me daba mas y mas duro, amigos para ser mi segunda vez o mejor dicho mi segundo día sentía que tenía toda la vida haciendo esto, yo gritaba de placer y un poquito de dolor, pero no me importaba, quería mas y mas, yo pedía y Félix me complacía además de decirme cosas al oido que me facinaba, luego de un rato de entrar y salir de mi culito que ya estaba brotadito y abierto como una flor, comencé a sentir como llenaba mi culito de leche diciendo, no, no, no, porque quería seguir cogiéndome mas, echándome la culpa por tener una pepita demasiada caliente, me bajo las piernas y nos dimos un beso apasionadisimo diciendo dentro de mi boca y con su lengua que no hacia falta nadie mas para complacerme, este tipo me estaba enamorando, me decía que si yo quería ser su hembra, y yo le decía que si, si, siiiii, yo también me sentía muy atraído hacia el, supongo por ser mi primer hombre y por haber roto mi virgo. Luego de todo esto estuvimos acostados un rato en la cama y de repente Carlitos ...

... comenzó a chupar mi guevo, no tengo gran cosa, pero no es tampoco un enano, mi guevo mide 17cm y es un poco grueso, algo normal comparado con lo de eso niños!, siguió chupando y chupando hasta que me lo puso durito, yo no lo quería cojer, solo quería que me cojieran, entendí en ese momento que mi tendencia era ser pasivo, ser toda una hembra, pero como lo pedía no me quedó mas remedio que cogerlo, y para colmo acabé muy rápido. Salimos al patio y nos duchamos bien rico, lavándonos, enjabonarnos, acariciándonos y besándonos y todo estaba tan bien hasta que oímos la voz del tipo que llaman el diablo, me puse una toalla y salí, afuera me suplicó que lo dejara entrar, yo le dije que esperara y entre a preguntarle a los muchachos, la respuesta fue que era mi decisión, salí y lo deje entrar, le ofrecí un trago y me quité la toalla para seguir desnudo como los muchachos, se saludaron de panas y se preguntaron por el trabajo y la familia seguro para romper el hielo?, yo me adelante y le dije que se pusiera comodo, se desnudó y se sentó frente a nosotros, amigos cuando vi lo que salia del short me asustó, dije para dentro de mi, este no es un diablo lo que es un burro, tamaña e´pinga se gasta este negro, les juro que le descolgaba un guevo inmenso, con razón las mujeres de por aquí le tienen respeto y le temen. El nombre del diablo es José, y los otros dos, William y Miguel, nos dijo que se vino solo, pero que si queríamos el iba a buscar a los otros, yo le dije que no, que sería para otro ...