1. La curiosidad me orilló a masturbar y chupársela a un desconocido en el metro.


    Fecha: 05/12/2023, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Vale, 40, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Hola a todos, leo mucho las historias de esta página y por fin me he animado a contar mi experiencia. En un inicio se le ve como algo estúpido, pero si soy sincera, fue perturbadoramente excitante. Me presento, mi nombre es Valeria, tengo 40 años, soy coordinadora en una empresa farmacéutica, soy casada y tengo un hijo de 7 años. No presumiré de más, pero tengo un lindo cuerpo, sobre todo porque cuando uso faldas, tacones y camisas con escote me veo radiante, soy de caderas un poco anchas, cintura pequeña y un busto paradito 32D de talla de bra. 
    En fin, esto me ocurrió un sábado por la noche, mi carro no circuló ese sábado y tomé el metro para llegar a casa, salí algo tarde, eran cerca de las 10:30 y había poquita gente. Anteriormente ya había escuchado hablar de lo que suele ocurrir en el ultimo vagón de algunas líneas del metro y pensé ¿será cierto? Me entró la curiosidad y pues me animé. Entre un poco desilusionada porque solo había como 4, 5 personas y nadie iba haciendo nada, entonces crucé el vagón como para hacerme notar y sí atraje la mirada de un señor, pero no creí que se fuera a levantar, entonces me senté en uno de los apartados donde hay 4 asientos dos de frente a otros dos, cruzando las piernas y marcando el muslo. Después de unos minutos, noté la mirada del señor en mi y disimuladamente lo miré con una leve sonrisa como diciendo “ya te vi” y el señor se puso un poco nervioso y se volteó, entonces solté una leve risita como diciendo “para qué te asustas”. ...
    ... Creo que mi señal sí tuvo un efecto, porque se puso de pie para caminar hacia mí, me dijo ‘hola, aam solo quería disculparme, no era mi intención mirarla así, le ruego me acepte mi disculpa’. Sinceramente su acto me gustó mucho (y la verdad es que no era nada feo, además olía muy rico) y le dije ‘ay no pasa nada, gracias por la disculpa, también quien me manda a usar cruzar la pierna si la falda es corta’. Esto lo hizo relajarse un poco y me dijo ‘ah muchas gracias, bueno, me regreso a mi lugar’ y le dije ‘puede sentarse aquí si gusta, sirve que no hacemos un viaje tan a solas, claro, si no le molesta’. Lo haré breve desde aquí.
    Durante un par de estaciones fuimos preguntándonos cosas como el nombre, a qué nos dedicábamos, a donde íbamos, etc., hasta que tocamos el tema de lo que sabíamos de este último vagón de metro y sus prácticas y nos reímos, pero le confesé que sí me había subido esperando ver algo así y, por qué no, participar, él se sorprendió y me dijo si era en serio, yo le dije que soy muy curiosa y casi no ocupo el metro y me dijo que no lo podía creer, que no lo había hecho, pero que no suena como mala idea. Y entonces así de la nada le dije ‘pues hay que intentar ¿no? Jaja, así no nos quedamos con las ganas’. Ambos nos reímos y me dijo, ‘si es en serio, le entro; ¿qué hacemos? Le pedí que se sentará a mi lado junto a la ventana, dándole la espalda a los otros pasajeros. De inmediato puse mi mano sobre su pierna y le dije ‘¿estás seguro? Ni le terminé de decir y vi ...
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