1. Voy a visitar a mi hija a la universidad (Parte 2)


    Fecha: 11/11/2018, Categorías: Hetero Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    Han pasado varios meses desde la primera vez que lo hicimos mi hija y yo. He alternado acostarme con mi hija y con Lorena.
    
    Con mi hija lo hago una vez a la semana, y luego voy a ver a Lorena. Lo de acostarme con Lorena imagino que lo hago inconscientemente, para llenar un vacío que no consigo llenar, la verdad.
    
    Después de follar con Lorena, nos tumbamos en la cama y apenas hablamos. Miro al techo y casi no hablo, pero no dejo de pensar en mi hija.
    
    Cada semana, después de hacerlo en el parking, veo como mi hija se va y me quedo sin decirle nada. Limpio la ventanilla cada vez, de las marcas de sus manos.
    
    Esa tarde he quedado con mi hija en el parking como siempre. Lo hacemos en la misma postura, a cuatro patas. ¿Será que no quiero ver la cara de mi hija mientras lo hacemos? ¿Me siento culpable o que me está pasando?
    
    Estoy empujando, cuando mi hija me dice:
    
    -Papá, ¿por qué nunca te veo la cara?
    
    -Ah, ah, ah, estoy gimiendo y casi no puedo hablar. Hija, no sé, siempre, ah, ah, siempre lo hacemos así. ¿No te, ah, ah, ah, gustaaaa?
    
    -Sí, papá, pero quiero verte la cara. Y no hacerlo aquí a escondidas e incomodos. Quiero hacerlo contigo en una cama.
    
    -Espera, que me corro. Ah, ah, ¡aaaah! Me derramo dentro de ella una vez más.
    
    -No me he enterado de nada, papá.
    
    -Tranquila. Me salgo de ella y le cómo su sexo, hasta que se corre con placer. Me dice que ha pensado en algo cuando termino y me limpio la boca. ¿Y qué has pensado, eh?
    
    -El próximo fin ...
    ... de semana podemos quedar en un hotel. Hacerlo en plan romántico y tal. En una cama cómoda y verte la cara y no en tu coche, sin verte, solo mirando al cristal.
    
    -¿Un hotel? Nos verán, y sabrán que somos padre e hija.
    
    -No, no lo sabrán. Voy a comprarme un vestido y pareceré una escort, una puta de esas de lujo que te has pagado, joven y guapa para pasar el fin de semana.
    
    Me quedo pensando y le digo que está bien, que si quiere hacerlo así, estoy de acuerdo. A fin de cuentas la deseo y me gustaría ver su cara mientras se corre.
    
    Esa noche llamo a Lorena y le digo que no me apetece hacerlo, que me duele la espalda y eso. Quedamos para otro día. No sé si se ha creído mi excusa.
    
    El viernes me llama mi hija. Ha reservado una habitación con cama de matrimonio en un hotel a las afueras de la ciudad. Con nombre falso evidentemente. Me ha dicho que paguemos en metálico para que así no comprueben el nombre en la tarjeta.
    
    Hemos quedado lejos del campus para que nadie se entere de nuestra cita.
    
    Llego a buscarla en el coche y no la encuentro. Hay una mujer con un vestido morado, lleva tacones altos y maquillaje. En un principio no la reconozco. Me fijo mejor y veo que es mi hija. Esta preciosa y como me dijo, parece una escort de esas.
    
    -Hola papá, me dice subiendo al coche.
    
    -No te había conocido al principio.
    
    -Ya te lo dije, parecemos cliente y acompañante.
    
    Llegamos al hotel y mi hija me coge del brazo para entrar. En el mostrador da el nombre falso y el ...
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