1. Las hermanas de mi novia V


    Fecha: 27/10/2018, Categorías: Intercambios Autor: Xander_racer2014, Fuente: SexoSinTabues

    Las Hermanas de mi Novia V: En la Variedad Está el Gusto Hacía rato que el alcohol corría por mis venas. Y me alegraba de ello, si no, aquella noche habría sido demasiado larga. Me encontraba a la mesa junto a Cristina y varios de sus familiares: unos tíos, la abuela y varios de sus primos, o al menos eso decían ser. Personalmente, no los había visto ni oído mencionar en mi vida. Al comienzo de la noche la mesa no era tan triste, las hermanas de Cristina estaban allí por lo que, a parte de subir el caché, también aumentaba el interés de las conversaciones. Se habían levantado de la mesa hace rato. Una con su novio, la otra a ver qué pescaba por ahí. La boda era de una de las primas de mi novia y para mi suerte la muchacha en cuestión y su familia tenían dinero. El salón de celebraciones era enorme, con capacidad para varias bodas simultáneas, cada una en un piso diferente. Aquella noche solo estábamos nosotros. Cansado y aburrido, le sugerí a mi novia Cristina que fuéramos a la zona de la discoteca. No me apetecía mucho bailar pero cualquier cosa era mejor que el coñazo de gente que se había quedado en la mesa. Ella accedió y juntos nos dirigimos a donde la fiesta continuaba. Nos costó llegar al sitio, no porque no supiéramos el camino, sino porque empezamos a tontear. Le sobé el trasero (el gran culo de mi novia, del que espero hablaros en próximos capítulos), y ella me siguió coqueteando entre risitas. Ya en la discoteca eché un vistazo a la multitud. Vi a Ana, mi aventura, ...
    ... con su novio bailando tímidamente, aunque más que bailar se tambaleaba por la bebida. Durante la cena no había podido quitarle el ojo a su escote, que dejaba ver más de la cuenta la suave piel de sus pechos. Llevaba un vestido de una sola pieza ceñido al cuerpo, sencillo pero elegante, acompañado con su cadena de oro. Cada vez que la veía alrededor de su cuello se me ponía dura al recordarla de rodillas, colocando cuidadosamente mi polla entre sus tetas. En la barra localice a Carla, la pequeña, con su vestido que estilizaba su figura, que terminaba en falda, sin escote pero marcando sus tímidas formas. Se disponía a pedir más bebida. A una distancia muy poco prudente se encontraba un chico alto y atractivo al que no conseguía reconocer, lo que no me hizo dudar ni un segundo de que él iba a por ella a muerte aquella noche. Intentaba besarle en el cuello mientras la agarraba por detrás. Ella se resistía. La sonrisa de Carla la delataba: aquel juego le encantaba. Mi novia y yo nos pusimos a bailar con gente conocida de una edad similar a la nuestra. La noche siguió avanzando, y cada vez bebíamos más y más. Le dije a Cris que tenía que ir al aseo y me retiré. Tenía ganas de mear, pero también me apetecía salir un rato de aquel ambiente y despejarme. La cola en la puerta de los baños era inmensa, ni de coña iba a esperar tanto tiempo. Así que me escabulli por los pasillos, buscando otros aseos en el edificio. Di con unos en la planta superior, junto a otro salón vacío. La música ...
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