1. La apuesta


    Fecha: 25/04/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... notarte húmeda.
    
    Te avergonzaste al intuir su sonrisa.
    
    - Hoy la partida es de las mejores y mi apuesta debe ser la mejor. Por eso estás aqui, perrita. Hazme quedar bien y puede que sea la última, hazlo mal y ....
    
    Ese silencio, al final, te hizo temblar de nuevo.
    
    - No podemos seguir, señor. - se oyo la voz de conductor.
    
    -Está bien, seguiremos a pie. Vamos, A.
    
    El tirón de la cadena, seco, te obligó a agachar la cabeza y a ponerte en marcha.
    
    No había mucha gente en la calle, normal, con ese frío.
    
    A pesar de ello no pudiste dejar de oír algunas groserías dedicadas a tu desnudez, siempre hay algún imbecil.
    
    Otro tirón te frenó. Habíais llegado.
    
    Te estiraste. Tu cuerpo se envaró orgulloso, delgado, musculoso, sin gota de grasa.
    
    Tu culo, perfecto, duro, apetecible .... preparado.
    
    Tus pechos erguidos, desafiantes, con lo pezones tiesos, listos.
    
    Tus costillas bien marcadas.
    
    Tu cabeza agachada, obediente.
    
    La puerta se abrió.
    
    El calor llegó de golpe.
    
    El murmullo a tu paso.
    
    Los saludos a El.
    
    La cadena cambió de mano. Otro tirón. Una puerta.
    
    Subiste al templete.
    
    Los grilletes en tobillos y muñecas, bien prietos.
    
    La puerta que se cierra.
    
    Silencio.
    
    Se oyen repiraciones, no estás sola. Ya conoces el juego, no es la primera vez.
    
    Pasa un rato, no sabes cuanto.
    
    Te parece mucho.
    
    Estás impaciente.
    
    No te explicas porqué, pero esta sensación, te gusta.
    
    Las puertas que se abren.
    
    Las luces que se ...
    ... encienden.
    
    Se oyen pasos.
    
    Ruido de gente buscando su asiento.
    
    - Hola, perra. Eres preciosa. Me va a gustar hacer esto. Soy tu verdugo.
    
    Esa voz, arrastrándose, te provocó un escalofrío.
    
    Se tensaron las cadenas. Sonó una extraña música.
    
    El templete comenzó a girar.
    
    El juego empezaba.
    
    El primer latigazo, en la parte trasera de las rodillas, te avisó de que iba a a ser duro ... y largo.
    
    Te obligaste a relajar todos tus musculos.
    
    Otro más, este en los pechos, te descolocó. No lo esperabas por delante, no tan pronto.
    
    Te concentraste en contar los chasquidos.
    
    Te preguntabas cuantas seríais. Eso te daría una idea de cuanto duraría.
    
    Otro más. Las nalgas ardían.
    
    El verdugo se tomaba en serio su trabajo.
    
    Al cuarto, se oyo el primer grito.
    
    Una menos.
    
    Era peor lo que le esperaba.
    
    Dejaste de contar. Te abandonaste.
    
    Buena táctica.
    
    Los gritos se sucedían, contaste séis más.
    
    Lo peor era no saber cuantas quedaban.
    
    Cada vez te costaba más controlar tu garganta.
    
    Estaba siendo muy duro. El verdugo estaba disfrutando.
    
    Otro grito. Desgarrador.
    
    La punta de la tira, impactando sobre tu clítoris, coincidió con el.
    
    Y con tu orgasmo.
    
    Y con el miedo.
    
    Creiste ser tú la que gritó, la que no pudo callar su gozo.
    
    Cuando las cadenas de los brazos se afojaron y caíste al suelo, te temiste lo peor.
    
    La caricia de tu verdugo, felicitándote, te hizo ser consciente de tu victoria.
    
    Los otros amos, te presentaron sus respetos.
    
    A su ...