1. La renta (H,32) (M, 29)


    Fecha: 21/04/2024, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... unos calzones rosas de encaje gastados. Se los bajo. Ella tiembla. Tiene el coño lleno de pelos, seguro el marido no se la ha follado en mucho tiempo. Subo a sus pechos de señora, mamá de dos niños, aguaditos, con algunas estrías. Me prende mucho. Se los mamo. Le mordisqueo sus pezoncitos y le dejo algunos chupetones en las tetas. Ella solo se deja hacer. Subo un poco más y la beso en la boca. Se resiste pero yo insisto. Cede. La beso muy despacio.
    
    Llevo mis dedos a su coñito. Por instinto cierra las piernas. La sigo besando, no me rindo. Poco a poco, le separa los piernas. Juego con sus labios y su clitoris. Me corresponde los besos. Siento su respiración tibia y agitada. Cuando la penettro con mi dedo medio, ella me muerde, sin fuerza el labio. Me desabrocho el pantalón. Le tomo su mano y la pongo en mi verga desnuda y erecta. Me masturba. Despues, de un rato me acomodo entre sus piernas. Le acaricio el rostro, le doy besitos en la frente y en los cachetes. Antes de hacerla mi mujer le susurro:
    
    —Mi ...
    ... amor, yo te voy a cuidar.
    
    —Ahhh —gime cuando me siente entrar, sin preservativo y a pelo.
    
    No me cuesta trabajo, siento su coñito hinchado y húmedo. Ella me abraza, me la cojo con ternura, como si fueramos esposos. Siento cuerpo caliente y sudado contra el mío. Me acaricia la espalda, me jala el cabello y enrolla sus piernas en mi cintura. Definitivamente no se han follado a esta hembra en mucho tiempo.
    
    —Más fuerte, más fuerte —se empieza convulsionar.
    
    —¿Más fuerte, qué? —juego con ella.
    
    —¡Cógeme más fuerte!
    
    Acelero las embaestidas hasta que ella se empieza venir: AHHHHHHHHHHH!. Continuo con la follada, se escucha el chillido de la cama contra la pared y afuera a sus niños jugando. A ella no le importa, se returce, gruñe, se entrega. Yo la lleno de leche hierviendo.
    
    Me visto y observo su coño peludo que chorrea semen. Mientras ella se arregla, yo le dejo unos billetes sobre la cómoda y le anoto mi número para que me llame por si necesita algo.
    
    —Nos vemos el mes que viene —me despido. 
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