1. Una aventura en la República Dominicana


    Fecha: 16/04/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... estaba haciendo unos dedos...
    
    Las vacaciones no empezaban bien, pero era de día y acabábamos de llegar. Habíamos quedado en la piscina con Marisa y Javier en la piscina. Era todo lo que pensábamos hacer durante todo el día. Mi mujer se puso un bikini. La verdad es que nunca había vestido de forma muy provocativa. El bikini era muy normal. Eso sí realzaba sus grandes tetas, tenía 130 de pecho y para su edad se conservaba bastante bien. Yo soy delgado y muy normal. Cuando llegamos a la piscina, allí estaban Marisa con un tanga minúsculo. Mi mujer me devolvió a la realidad. "Deja de babear". Las dos mujeres se sentaron juntas para tomar el sol y yo y Javier también. Estábamos descansando cuando apareció un monitor pidiendo que participarámos en una sesión de zumba en el agua. No le fue difícil convencer a las mujeres. Ricardo era un mulato, musculado, con un cuerpo casi perfecto y llevaba un bañador slip, que marcaba un paquetón que dejaba poco a la imaginación. Mientras ellas bailaban al ritmo de Ricardo en la piscina, riendo y insinuándose al monitor, Javier me explicaba las interioridades de su matrimonio. Habían estado a punto de separarse. Su mujer necesitaba más sexo y él había asumido que él no podía darle todo lo que necesitaba Marisa. Así que acordaron que serían liberales. Él dejaría que follase con otros siempre y cuando que estuviera informado de todo. No quería ser engañado. De esta manera, Javier presenciaba casi cada semana como los sementales que su mujer ...
    ... conocía se la tiraban delante de él. Y Javier se limitaba a mirar y a veces se pajeaba viendo la escena. Le dije que me parecía muy sano pero que nunca creía que eso pasara en nuestro matrimonio.
    
    Después de cenar, esa noche mi mujer estaba más excitada que de costumbre. Le expliqué lo que me había comentado Javier y ella me respondíó que ya lo sabía. Marisa se lo había explicado en el avión. Sara tenía algo en la cabeza y yo intuía que era: el paquete del monitor. Una vez en la cama me besó, me arrancó el calzoncillo y me empezó a chupar la pollita. Temía fracasar otra vez, Así que levanté la cabeza y la besé. El olor al precum de su boca me excitó más todavía. La puse debajo mío mio. Y abrí un cajón de la mesita donde había guardado un consolador que utilizaba para follármela y satisfacerla. En definitiva, llegar donde nunca llegaría yo. Le metí el consolador de unos 20 centímetros entero. Ella ni se enteró, estaba tan mojada que el consolador se delizaba sin problemas. Gritaba de placer y me gritaba fóllame. Yo le respondía: "Te gusta como te lo hago", Y me contestaba: "Quiero una de verdad, no una de plástico, metémela". Entonces, inspiré hondo y me puse sobre ella y le metí mi pollita en su coño mojado. Ella me insistió "Metémela ya" y yo le dije: "Está dentro". Y ella empezó a reirse. "¿De verdad? Es que no siento nada". A continuación, sin más cogió el consolador que había dejado justo a su lado y se lo introdujo en el coño. Mi pollita y el consolador, todo dentro de ...