1. Masajes ricos


    Fecha: 15/04/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: AnaLaura27, Fuente: CuentoRelatos

    Un día asistí a una clínica de belleza tenía una cita para un facial, es uno de esos lugares donde hay de todo (masajes, salón de belleza, terapias quiroprácticas y todas esas cosas para la salud física y embellecimiento).
    
    Cuando salí de la sesión y fui a pagar estaba y en la recepción había un tipo de aspecto joven tal vez tendrá alrededor de unos 35 años, alto, moreno, cabello muy corto y físicamente de buen cuerpo, me pareció un tanto atractivo, me saludó y me ofreció sus servicios como masajista (lo vi ligeramente, así como escaneándolo) me dijo todo lo que podía hacer, me dio su tarjeta e hice como que no me importaba, tenía prisa por salir.
    
    Al salir una cosa extraña pasaba en mi cabeza, me imaginaba como sería un masaje de aquel hombre, tocando todo mi cuerpo semidesnudo, acariciándome muy íntimamente...
    
    Pasaron varios días hasta que decidí llamarlo para hacer una cita, estaba nerviosa ya tenía en mente lo que podría pasar y aunque parezca extraño nunca lo había hecho antes, pero la solo idea que me estuviera tocando un extraño me excitaba mucho. Llegué al lugar a la hora establecida, ya que sabía quién sería que me atendería me fui vestida muy relajada (unos shorts cortos y una blusa, unas sandalias bajitas cómodas y por dentro llevaba una tanga muy pequeña y un brasier de encaje).
    
    Cuando me vio me saludó y dijo que como todo había sido por teléfono no se imaginaba lo bonita que era, me dijo que este masaje no sería un trabajo para el que al igual que yo ...
    ... lo iba a disfrutar, yo solo sonreí y me dirigí al cuarto que él me sugirió.
    
    Al entrar me dijo:
    
    -Quítate todo solo quédate con la ropa interior pero también quita el sostén, luego te acostas boca abajo, ya vuelvo.
    
    Salió del cuarto para que yo me desvistiera, lo hice, me quite todo solo me deje la tanga que traía y me acosté boca abajo como él me dijo y al poco tiempo toco la puerta para entrar. No lo vi, pero yo estaba ahí semidesnuda acostada boca abajo con la espalda descubierta y puesta solo una tanga que dejaba al aire mi culo redondo, me dijo que me relajara que iba a comenzar.
    
    Empezó masajeándome los pies muy despacio. Sentía como cada vez iba subiendo más y más por mis piernas, tocándolas más que masajeándomelas como si fueran caricias, yo tenía todos mis sentidos bien despiertos aunque el pensara que yo estaba casi durmiendo.
    
    De modo suave llego a mis glúteos, los tocaba como pidiéndome permiso y yo no hacía nada, dejaba que el hiciera lo que quisiera. Al ver que yo ni siquiera me inmutaba empezó a atreverse un poco más, como midiéndome hasta donde ver podía llegar. Tocaba con más confianza mi trasero, lo acariciaba, lo apretaba y de vez en cuando me daba unos pequeños golpes que hacían que me excitara más. Siguió por mi espalda y se sentía genial, pero a la vez nerviosa por si notaba lo excitada que me estaba poniendo.
    
    El masaje continuaba por la parte superior de mis piernas, pero no se acercaba a mi sexo, aunque sé que en el fondo él estaba igual de ...
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