1. Mi tía, mi tío, mi primita y yo (Parte 1)


    Fecha: 13/04/2024, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... situaciones, hasta llegamos a imaginarlas haciendo las voces, yo decía cosas como “Cele, por donde te la meto” y Mica decía “Ay rodri, por la cola” entre risitas pero sin dejar de estar calientes, esas dramatizaciones me dejaban la pija y los huevitos a reventar, y me imagino que a ella le mojarían un poco la bombacha.
    
    Además de hablar, bueno, empezó a haber cositas, detalles, que fueron cambiando. Ella empezó a dormir en bombacha. Tapada, se sacaba el pantalón abajo de las sábanas, pero durante la noche por ahí se destapaba, y yo me quedaba un rato viéndola, y hasta pajeandome. Después ya empezó a pasar en bombacha delante mío, sin mucho problema (quizá disfrutándolo también).
    
    Yo empecé a dormir en boxer. Pero el cambio más grande vino cuando nuestros tíos mudaron su pieza al lado de la nuestra (antes dormían en otra habitación grande que convirtieron en estudio). Y el tema es que cogían bastante, y fuerte. Se escuchaba todo desde nuestra pieza.
    
    Con Micaela los escuchábamos y obviamente nos calentábamos. Se escuchaba re clarito encima. Al principio unos gemidos leves, después más fuerte, y ya más tarde directamente gritos y guarradas varias del tipo acabame toda la cola, tragate la lechita puta, y cosas así que nos hacían mirarnos y soltar unas risitas.
    
    E
    
    so
    
    fue como un puntapié inicial para empezar a hablar de sexo
    
    ya de manera aún más explicita, suelta y recurrente, cada vez
    
    con más confianza
    
    y ...
    ... complicidad
    
    . Mica siempre tenía un poco más de soltura que yo, que era más tímido. Ella fue la primera en plantear que la situación la calentaba. Un día cuando empezamos a escuchar los ruidos me dijo “uh, yo me re caliento con esto. Vos?”. Yo le dije que sí. Y ahí nomás me preguntó si yo me hacía la paja. Le dije que sí, un poco avergonzado. No hacía mucho que me la hacía, y que acababa, no debía hacer ni un año,
    
    y me parecía re loco admitírselo a una chica
    
    . “Y vos?”. “Sí”, me dijo, “¿nos hacemos una escuchando?”
    
    Yo ya tenía la pija un poco parada, pero cuando me dijo eso se me puso como una roca, y más cuando al contestarle yo que sí la vi hacer el movimiento, debajo de las sábanas, de bajarse el pantalón del pijama y la bombachita. Yo me empecé a tocar también, abajo de las sábanas.
    
    Rodri y Cele estaban en llamas, cogiendo como animales. Y nosotros, cada uno en su cama, cada vez más calientes. Después de unos minutos Cele empezó a gemir más fuerte, se notaba que estaba por acabar.
    
    Miré a Mica y vi que ella también estaba acelerando y gimiendo. Yo agarré un pañuelito de la mesa de luz y descargué todo mi semen en el momento en el que sus gemiditos alcanzaban la cima. Nos quedamos en silencio unos minutos, respirando agitadamente. En un momento vi que Mica se subía la bombacha. Me miró, me dijo “hasta mañana”, apagó la luz del velador y se durmió. Yo me quedé pensando en que hermoso sería poder olerle la manito. 
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