1. Sólo puedo por detrás


    Fecha: 09/04/2024, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... jefe,yendo hacia la galería de tiro.
    
    - Usa esta, es la que vas a llevar.
    
    Me dio una Baretta 25 , la sopesé e hice un primer disparo apuntando al blanco. Iba bien, no tenía desviación. Así que vacié el cargador en el corazón de la figura.
    
    - Es una maquina- exclamó el artista asombrado
    
    - Usa esta pistola. Es pequeña, eficaz y la puedes llevar siempre.
    
    La metí en el bolso, no era cosa de usar una cartuchera como los polis de las películas ni ponérmela en una liga, las carteras de las mujeres tienen la ventaja que cabe todo. Y nos fuimos a almorzar. El Gualterio , un raro , se jamó una ensalada y un solomillo con cocacola. Mi jefe y yo le dimos a unas almejas a la marinera y un rape a la plancha divino, regando todo con albariño frío y genial.
    
    En los cafés, pregunté cuando empezaba. El patrón dijo que ya. Yo contesté que necesitaba ir a casa para hacer la maleta y ahí me di cuenta que mi jefe vale lo que pesa en oro, cuando muy serio zanjó la cuestión.
    
    - Sales en un avión privado y Gualterio prefiere comprarte la ropa para que vayas de acuerdo con el ambiente. Y en Mallorca hay Corte Inglés-
    
    Es decir que a parte de la pasta, si ganaba, renovaba vestuario. Mi protegido asintió encantado, diciendo muy serio que no me preocupara, que él era pintor y tenía muy buen gusto. Así que en cuanto tomamos el café, comencé mi misión de guardaespaldas . En el coche me senté atrás y fuimos al aeropuerto. Y sin preámbulo me vi en un helicóptero que despegaba rumbo a la ...
    ... isla.
    
    Con mi cinturón puesto, mirando por la ventana dejamos atrás la costa y volamos sobre el mar. Era delicioso. Los viajes en avión normal se hacen a gran altura, el helicóptero volaba bajo y se veía perfectamente el azul del Mediterráneo, las pequeñas olas, los barcos y hasta un grupo de delfines saltando en el agua, libres , hermosos.
    
    Aterrizamos en un helipuerto cercano a un inmenso palacete. Nos bajamos y salió a recibirnos la anfitriona. Una mujer mas en los sesenta que en los cincuenta, menuda, con el pelo ensortijado, rubia teñida, de cara bien operada , es decir morritos, ni una arruga, con unos ojos negros brillantes, cargados de inteligencia. No parecía tener mal cuerpo bajo la túnica de lino blanco.
    
    Besó al artista , con cariño mezclado con picardía, y luego vino hacia mí. Me besó también poniéndose de puntillas y me dijo con sonrisa irónica.
    
    - Soy Natividad, la marquesa de Campogrande, pero llámame Nati.
    
    - Yo soy Antonia pero llámame Tony-
    
    Y fuimos para la casa. Nos llevó a nuestro dormitorio, se daba por hecho que yo era una amante del pintor, la cama era enorme y con dosel. Ideal para el sexo si una estuviera en esas actividades, pero mi trabajo era otro y además Gualterio me caía como un tiro.
    
    Justifiqué el no llevar maleta en una perdida en el viaje, Nati dijo que no había problema. Esa tarde nos íbamos a quedar en el palacio repasando la inauguración y la lista de invitados , presuntos compradores, cenaríamos allí para estar dispuestos ...
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