1. Mis odiosas hijastras (9)


    Fecha: 03/04/2024, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    ... no terminaba de comprender. Si todo era una farsa, ¿Por qué llegar al punto de practicarme una felación? Eso no me cerraba por ninguna parte. Una cosa eran unos manoseos por aquí y por allá. Mujeres tan llamativas como ellas probablemente estaban acostumbradas a encontrarse en una situación como esa con cierta periodicidad, sobre todo cuando salían a bailar y el alcohol se apoderaba de los pendejos de su edad. Pero ir hasta mi cuarto a hacerme un pete…
    
    Estaba muy aturdido. Se me ocurrió salir a la calle para despejar un poco la cabeza. También podría aprovechar para llevar mi celular a alguno de los comercios del barrio y pedirles que me lo cargaran, por al menos media hora. Una vez que pudiera encenderlo, llamaría a Mariel, e iría directo al grano: ¿Me había engañado o no? Había postergado ese momento por mucho tiempo, y las condiciones de ese fin de semana habían contribuido con ello. Pero ya era hora de tomar la iniciativa.
    
    Si la infidelidad no era cierta, estaba en serios problemas. Quedaría como un imbécil ante la mujer que me había tendido la mano cuando más lo necesitaba. Una mujer hermosa que no había imaginado que se fijaría en mí. Ella en cambio se enteraría de que yo había intentado hacer algo no con una, sino con dos de sus hijas. Si se lo proponían hasta podrían denunciarme por abuso sexual.
    
    Me dirigí a mi habitación para buscar el celular, pero en ese momento el impulso le ganó a mi cabeza fría, por lo que deseché, de momento, la idea de cargar el ...
    ... celular. Ahí arriba tenía a dos de mis hijastras. Ellas sabían mucho más de lo que decían, y tendrían que darme alguna respuesta.
    
    Fui hasta la habitación de Sami. Ella había sido la que me había alertado (y no solo una vez) de lo que estaba sucediendo. Si alguien me podría sacar de la oscuridad en la que estaba sumergido era ella. Pero cuando entré a la habitación me encontré con que estaba roncando. Me acerqué para despertarla. Se había vuelto a poner ese gracioso pijama de una sola pieza. Ese mismo que hacía poco menos de una hora no había dudado en quitarse ante mi estupefacta mirada. Tenía la capucha puesta. Por lo visto, la prenda era tan abrigada, que mientras dormía tuvo que correr la frazada a un lado, ya que habría de sentir calor.
    
    Más allá del fuerte ronquido, se veía dormida plácidamente. No podía evitar sentir ternura mientras la observaba. Ternura y gratitud. Por primera vez Sami se colocaba, ya no en una esfera diferente a sus hermanas, sino muy por encima de ellas. Pero antes de despertarla y rogarle respuestas, decidí asegurarme que su hermana siguiera encerrada. Lo cierto era que me pareció lo mejor que Valentina no supiera que yo estaba complotando con Sami, y si estaba mucho tiempo ahí corría el riesgo de que la troglodita nos interrumpiera e hiciera sus deducciones.
    
    Recordé que cuando, mientras hablaba con la más pequeña de la casa en la cocina, Agos y Valen habían aparecido, con una actitud recelosa, y la habían instado a que se fuera. Imaginé que la ...
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