1. Diario de una universitaria. Masturbación, cinturón y sexo


    Fecha: 25/03/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos

    He de confesar que tenía mis dudas sobre si inaugurar mi diario con esta historia tan íntima, pero al final creo que esto también es parte de mí. Soy una chica que acaba de estrenar mayoría de edad y universidad. Soy tímida, rellenita, de pelo largo y negro y que usa gafas. No ando escasa de pecho, ni de muslos y mi trasero se podría describir como generoso. Me alojo, junto con otras compañeras en una residencia estudiantil. Comparto habitación con Marta, una veterana que cursa tercero de biología. Los primeros cinco días han transcurrido como me esperaba, rodeada de desconocidos y sin capacidad para hacer amigos.
    
    Ayer fue diferente, me invitaron a una fiesta.
    
    No fui.
    
    Me quedé en la habitación, sola. Dediqué una hora a estudiar y luego me puse el pijama, me quité las gafas y me metí en cama. La oscuridad de la habitación era total y comencé a pensar en mi compañera de habitación y en los otros, de fiesta, bebiendo, hablando con chicos. Había echado el ojo a tres, uno de ellos, Mario, era gay, o eso me dijeron. Luego estaba Roberto, deportista y guapo. El último era Esteban, un tipo delgado que no hablaba mucho. Las chicas eran más numerosas, Blanca, Silvia con sus modelitos de barbie y una tal Susana, a la que sin querer, enfadé en clase al contradecir su opinión. Pronto aprendería que todo lo que pasa en este pequeño mundo tiene sus consecuencias.
    
    Encendí la luz, consulté el reloj y empecé a pensar en los chicos. El culo de Mario estaba bien y Roberto, Roberto ...
    ... estaba bien bueno. Con ellos en mente, deslicé una mano bajo los pantalones del pijama y empecé a frotarme las partes íntimas. Gemí. Me quité la camiseta y el sujetador y con la otra mano pellizqué con suavidad los pezones. Estaba excitándome. Paré. "¿Y si volvía mi compañera?"... "no, era demasiado pronto para que eso ocurriese". Deslicé mi mano bajo las bragas y tiré de los pelos que protegían el coño acompañando la acción con un pequeño gritito. Enseguida me tapé la boca con la otra mano por temor a que alguien me oyera. Luego me incorporé, bajé mis bragas y me puse de rodillas.
    
    Quería sentir.
    
    Cogí la almohada, la "tumbé" a lo largo de la cama y me puse a horcajadas sobre ella. La abracé y comencé a frotar mi vagina contra ella, deslizándome y restregando mi cuerpo semidesnudo contra el cubre almohadas. Contraje las nalgas mientras apretaba con los muslos. Luego me relajé por completo dejándome ir. De nuevo haciendo uso de la mano me toqué y esta vez metí un dedo en mi sexo mojado estimulando el punto G. Imaginé que entraba alguien y comencé a meter y sacar el dedo cada vez a mayor ritmo. Una bolsa de gas acumulada en mis intestinos encontró el camino de salida a través de mi recto y ano, como estaba sola no impedí su salida. El pedo sonó como un pequeño trueno. Luego vino un momento en el que la vista se nubló, momento seguido de una corriente de placer que me recorrió de arriba a abajo y me hizo estremecer.
    
    Un par de minutos después, algo más tranquila, me di ...
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