1. EL MOLLETE DE ANTEQUERA


    Fecha: 25/02/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola, soy una chica de Antequera (Málaga) y os voy a relatar un fin de semana de verano y locura que pasé con una amiga en la costa malagueña. Las dos somos de Antequera, donde existen los mejores molletes del mundo para darte un buen desayuno, un buen atracón. Fui con la salvaje intención de cumplir mis deseos más morbosos; echar un exquisito polvo en la playa mirando al mar, follar en una hamaca con algún semental que me reventara a pollazos.
    
    Pasamos una buena jornada de Sol en la playa, viendo machos atléticos con bañadores ceñidos marcando paquete. Mi mente acumulaba ya una calentura desmedida cuando todavía no había ni comenzado la noche.
    
    Así que llegó la noche y fuimos a una bonita discoteca junto a la playa. Tras unos cuantos cubatas de ron, mi cuerpo ardía en llamas, mi mollete se humedecía como una concha en el mar. Bailaba como una loca en mitad de la pista, refregándome con todo el semental que veía; quería elegir el mejor paquete para mi mollete.
    
    La discoteca estaba a punto de cerrar y tenía que encontrar paquete ya. Se acercaron a nuestro lado un grupo de cinco sementales con ganas de guarreo. Era mi oportunidad para encontrar al empotrador que me fundiera en la playa. Miré, sin discreción alguna, sus paquetes y elegí semental.
    
    Me puse a bailar sensualmente a su lado, haciendo miraditas. Él me agarró por la cintura y se arrimó tanto que pude notar su polla sobre mi cuerpo. Y, sin andar con rodeos, me dijo al oído que me follaría como una bestia. ...
    ... Mi molletazo palpitó y mojó todo mi tanguita de color rojo pasión.
    
    Mordiéndome el labio inferior, le propuse follar en la playa hasta el amanecer. Me agarró del culo y nos fuimos comiéndonos la boca hasta ella. Nuestras lenguas se enroscaban como dos serpientes enrabietadas. Ya en la playa, antes de quedarme desnuda, le pregunté si había probado los molletes de Antequera y me respondió que si los había probado, pero untados con mantequilla. A continuación le dije que era de Antequera y, mirándole fijamente a los ojos, que ahora iba a probar el auténtico mollete supremo de Antequera.
    
    Sin más preliminares, porque mi mollete estaba ya chorreando, nos desnudamos y me puse de rodillas frente a él. Le quité su ropa interior a bocados y me metí su polla hasta la garganta, mientras agarraba sus testículos y masajeaba su ano con mi dedo anular. Su polla tiesa estaba en el punto perfecto para empotrarme contra una de las hamacas de la playa. Me puse a cuatro patas sobre la hamaca mirando al mar como yo tanto ansiaba. Me agarró por la cintura con sus grandes manos y me penetró salvajemente. Yo, multiorgásmica vaginal, gritaba como una loca. Entre corrida y corrida, le preguntaba excitada si le gustaba mi mollete de Antequera y él respondía cachondísimo que le encantaba.
    
    Agotados, nos quedamos dormidos hasta el amanecer. Despertamos con mucha hambre y nos desayunamos mutuamente haciendo un 69. Él se comió ansiosamente mi mollete; yo su deliciosa porra. Lamía todo mi chocho y ...
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