1. Otra sesión de sexo tras la siesta en el Caribe (parte 5)


    Fecha: 21/02/2024, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Dayenorius1, Fuente: CuentoRelatos

    Nos despertamos de la siesta cuando se ponía el sol, desnudos y entrelazados con mi mujer y Coqui. Pasamos de las caricias a los besos y ya estábamos otra vez calientes, mi mujer mojada y nosotros al palo.
    
    Sonó el celular de nuestro amante. Mientras leía el mensaje mi mujer empezó a chuparnos la pija a los dos y yo acariciaba y besaba el cuello y la boca de Coqui.
    
    -Tenemos el show y las clases de baile una hora después de la cena, nos dijo, con voz sofocada por la tremenda mamada de mi mujer, que estaba alzada de nuevo.
    
    -Uno rapidito, rogó ella, y se deslizó ávida para montarse rápidamente sobre su pija, soltando un gruñido largo de placer y empezando a menearse para adelante y para atrás.
    
    -¡Qué puta sos!, le dije, mientras lo chuponeaba al moreno y lo acariciaba.
    
    Yo también quería más y no sabía cómo, pero me encantaba comerle la boca y acariciar el cuerpo de Coqui. Me arrodillé a su lado y llevé mi pija al lado de su cara para que se la comiera, lo que hizo enseguida. Me lo estaba cogiendo por la boca y mi mujer lo cabalgaba como una yegua alzada.
    
    Luli se corrió gritando con varios orgasmos prolongados, pero como sentía la pija dura y caliente dentro de sí, siguió su vaivén desenfrenado. Retiré mi poronga de Coqui y la puse al alcance de la boca ávida de Luli, que se la tragó y chupó como si no lo hubiera hecho nunca. Me miró y me dijo:
    
    -Quiero más, no puedo parar.
    
    Me puse detrás suyo y ella se inclinó sobre el torso del masajista besándolo y ...
    ... morreándolo, mientras me ofrecía su concha empapada y llena de aquel pingo marrón y enhiesto. Fui apoyando mi glande en su concha donde entré muy despacito, ella berreaba y me gané mi lugar.
    
    Teníamos una doble, Luli gemía y gruñía delirante. Pudimos sincronizar el movimiento con Coqui, que elevaba sus caderas para empalarla mejor. Sentir su pija rozándose mojadísima con la mía dentro de mi mujer me llevó a las nubes. Me prendí de su cintura, le di más rápido y acabé en dos minutos.
    
    Ella pedía que no parásemos, pedía más y más, pero mi pija se salió y el moreno le hizo varias veces un meneo de caderas que la volvieron loca y tuvo un orgasmo múltiple que pareció durar una eternidad. Se desplomó sobre él y lo besó y chupó con pasión.
    
    Coqui la seguía bombeando, ella decía que no podía más, así que aproveché mi oportunidad, la desplacé a un costado y empecé a chupar y lamer la pija morena llena de flujo vaginal, mi leche y el líquido seminal del potro caribeño. Chupé, lamí y tragué ese tronco hasta que se me acalambraron los maxilares. El potro lo notó porque sólo le lamía la pija, así que se levantó, me tomó de la cintura, me llevó a los pies de la cama, donde me la puso de una forma increíblemente suave, como a mí me gusta, de a poco, primero la cabeza, luego hasta la mitad, se quedó quieto, y enseguida me la puso hasta el fondo, donde se quedó mientras mi ano se volvía a amoldar.
    
    Cuando empecé mis contracciones y relajaciones fue la señal para que empezara una cogida ...
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