1. Fantasía de tres tríos (primer trío)


    Fecha: 20/02/2024, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Vaquita, Fuente: CuentoRelatos

    ... cama todo el fin de semana”, le dije y sus ojos brillaron, apareciendo además una sonrisa en su cara, lo cual no dejaba dudas de su alegría.
    
    –…Y dijo que sí –concluí.
    
    –Pues no, no dijo nada, seguía callado, no lo creía. “Es que, tal vez tú termines la amistad conmigo”, expresó por fin después que lo apremié a contestar. “No, cojámonosla, ella quiere sentir dos vergas, y qué mejor que sea la tuya pues le tienes ganas”. Después de eso, dijo “Sí, démosle duro hasta quedarnos todos dormidos”. “Cada uno mamándole una teta”, le aclaré, “pues así duermo yo” –dijo y yo me carcajeé.
    
    –Voy a tener dos bebitos, como si hubiese parido gemelitos –dije alegremente y me los imaginé mamando…–. Voy a preparar una rica cena para darle la bienvenida a Roberto, también yo quedaré bien venida –precisé, “Y yo también”, me aclaró Miguel.
    
    Por fin llegó la noche del viernes. Me puse un vestido blanco muy escotado, sin sostén ni pantaletas ni medias, los pezones resaltaban pues el vestido perdía lo albo en esa zona, y en la de mi triángulo. Me sentía la puta más hermosa del burdel. “¡Hasta parece que no quieres que cenemos otra cosa! Dije ponte guapa y coqueta, pero…” exclamó Miguel al verme cuando salió de bañarse y se le paró la verga. Se veía antojable, así desnudo y de pito parado. Me agaché para tomarlo de los huevos y darle unas mamaditas en el glande. “Tú también te ves muy antojable”, contesté y me retiré hacia la cocina.
    
    Me tocó abrir la puerta cuando timbró Roberto ya que mi ...
    ... marido estaba en el piso superior. Traía un ramo de rosas y una botella.
    
    –Buenas noches… ¡Oh…! –dijo mirándome de arriba abajo, y aún con la quijada colgando por la sorpresa de mi vestimenta, me extendió el ramo que despedía su bella fragancia.
    
    –Buenas noches –dije aceptándole las flores, las cuales olí y le di un beso en los labios.
    
    –¡Oh! –exclamó otra vez, sorprendido por mi recibimiento, ya que después del beso lamí sus labios, y le di otro beso más.
    
    –Además, al rato te voy a comer… –le dije agresiva y coquetamente, él sonrió, pero se enrojeció su rostro vergonzosamente pues esto último lo había escuchado Miguel quien ya había bajado.
    
    –¡Bienvenido, amigo! –le dijo mi marido a Roberto dándole un abrazo y recibiendo la botella de licor.
    
    Ellos conversaron un rato en la sala y yo fui a atender los últimos toques de la mesa, antes de servir la comida. La cena estuvo tranquila, aunque la mirada de Roberto iba con mucha frecuencia a mi pecho. Lo mismo pasaba con mis caderas y el regazo al pararme para llevar los platos usados y traer las vituallas que seguían. Miguel sonreía al ver cómo Roberto me seguía con la mirada y se recomponía cuando me perdía de vista. “Sí, está bien buena”, le dijo mi marido. Seguramente Roberto se apenaba, eso no lo veía yo, pero lo imaginaba, dado su carácter.
    
    Al terminar, les sugerí que fuéramos a la sala para tomar el café y alguna copa de lo que les apeteciera. Ellos caminaron hacia allá con las tazas de café en sus manos y yo ...
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