1. Mi profesora me dobla en edad


    Fecha: 19/02/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos

    ... bien, ¿quién es esta chica tan encantadora?
    
    —Soy Ana, encantado de conocerte.
    
    La cena transcurrió de manera amena. Sin embargo, casi al final, Jorge se encaró conmigo. Al parecer había llegado una multa a casa y los datos coincidían con el día en que había usado el coche, además se había enterado de un suspenso que ponía en riesgo la beca que financiaba parte de mis estudios.
    
    —Vete ahora mismo al salón. —Dijo mientras se quitaba el cinturón.
    
    —¿Qué vas a hacer? —dije
    
    —Te voy a dar unos buenos azotes.
    
    Mi madre intervino haciéndole ver que teníamos invitados.
    
    —Me da igual. ¿Vete al salón ahora mismo o prefieres desnudarte enfrente de Ana?
    
    Mi profesora guardaba silencio, visiblemente sorprendida con toda esa situación.
    
    Con el fin de acabar con aquello lo antes posible fui al salón, cerré la puerta, me bajé los pantalones y los calzoncillos y me incliné sobre el respaldo del sillón.
    
    Jorge apareció enseguida, entró y por si la situación no era lo suficientemente humillante, dejó la puerta sin cerrar.
    
    —Te mereces esto hijo. —dijo.
    
    En ese momento, casi me tiro un pedo. Afortunadamente logré apretar el esfínter a tiempo.
    
    El primer azote cayó sobre mi culo apretado.
    
    Aquel bastardo pegaba con fuerza.
    
    El primer golpe fue seguido de una decena más.
    
    El culo rojo, escociendo, Ana fuera, oyendo los azotes, todo eso era demasiado.
    
    —Último latigazo.
    
    Apreté los dientes y aguanté la respiración. El impacto me hizo gritar, luego, sabedor ...
    ... de que aquello había terminado, me relaje demasiado rápido y se me escapó.
    
    Cuando me incorporé tenía el rostro tan colorado y caliente como el trasero.
    
    Salí del salón dónde mi madre y mi profesora me miraron sin saber que decir.
    
    Finalmente Ana, para romper el silencio, habló.
    
    —Vamos a ver eso.
    
    Miré a mi madre quién se apresuró a decir que ya recogía ella la mesa, que no nos preocupásemos.
    
    —Ok. Ven a mi habitación. —dije.
    
    Entramos en mi cuarto y le ofrecí una silla, luego busqué entre los apuntes y saqué la hoja con las dudas.
    
    —Perdona que no me siente. —dije tratando de sonreír sin lograrlo.
    
    Ana se levantó y acercando su boca a mi oído me dijo en voz baja.
    
    —Pobre, eso debe escocer un montón.
    
    Luego, tras unos segundos de silencio, continuó.
    
    —Así no podemos ver nada... tengo crema en el bolso.
    
    —¿Crema?
    
    —Sí, cremita para tu culete. Bájate los pantalones y túmbate boca abajo.
    
    Mi pene creció bajo los pantalones.
    
    Sin pensar mucho en lo que hacía desnudé el trasero y me puse boca abajo. Al menos mi erección quedaría oculta.
    
    —Bonito culo. —fijo Ana añadiendo más leña a la hoguera.
    
    Sus manos, con delicadeza, extendieron crema por mis nalgas y sus dedos, juguetones, exploraron la raja. Mi culo ardía, pero menos, sentía como si una leve brisa, de repente, llegara al desierto sin oasis para aliviarme.
    
    Me levanté sin molestarme en ocultar la erección.
    
    La profesora miró sin disimulo y agarró la verga con una mano.
    
    Yo respondí ...