1. Te contaré una historia...


    Fecha: 11/02/2024, Categorías: Erotismo y Amor Autor: LEEDGATO, Fuente: CuentoRelatos

    ... recuerdo porque sus piernas rodeaban mi cintura, lo que sí recuerdo es que mi erección palpitaba dolorosamente en mis pantalones, mi lengua se abría paso en su boca mientras mis manos exploraban los límites permitidos, en ese momento quería más, quería meter mis manos en esos shores de suave tela, quería saber si me deseaba, aunque tenía una clara pista por la forma en que me besaba que estaba excitada, su respiración al igual que la mía era desigual. El latir de su corazón era tan errático como el mío, no solo era mi cuerpo teniendo una reacción al suyo, éramos ambos danzando en esa danza llamada morbo.
    
    Yo quería más, sabía que solo tenía que recorrer unos centímetros más abajo y encontraría la entrada a su sexo, mis manos ya recorrían sus muslos, mientras mis labios reclamaban su cuello. Sus grandes senos estaban pegados a mi pecho, nosotros nos amábamos, nos hacíamos el amor con la ropa puesta, nosotros hacíamos el amor con un simple y excitante beso.
    
    Una de mis manos apretó sus caderas, masajeo sus nalgas y siguió más arriba recorriendo en suaves caricias sus costillas, alcanzó por debajo el borde inferior de sus senos. Mi erección palpitaba exigiendo atención, quería tomar su mano meterla debajo de mi pantalón y hacerla que me diera placer. Pero sabía que eso no sería suficiente para calmar mis ganas, tal vez si interrumpía nuestro beso la ponía de rodillas y metía mi erección en su boca quizás con eso calmaría un poco de mis ganas, pero sabía que también era ...
    ... inútil, mi deseo iba más allá… mi excitación solo podía ser calmada si me introducía en su sexo de un solo embiste.
    
    Mi mano se coló por debajo de su brasier, toqué levemente su pequeño pezón y joder, creí morir, ese simple toque causó cortocircuito en todo mi sistema, el morbo y la excitación alcanzaron nuevos niveles. Ella seguía enroscada en mí, sus piernas se aferraban a mis caderas de la manera más erótica, su sexo estaba pegado a mi abdomen, mientras yo llevaba a cabo un asalto a su boca y a su seno. Mi mano libre buscó más allá de sus muslos, encontré la abertura de sus shores, y rocé el borde de sus pantis. Toqué esa frontera que une sus piernas y su sexo. Ese punto donde si me abusaba podía terminar yéndome al infierno si ella me rechazaba o a la gloria si ella me aceptaba. Mi deseo me decía continúa, pero mi pánico me decía detente, era difícil seguir una decisión lógica, cuando tu cuerpo estaba sobrecargado de sensaciones placenteras, donde solo querías penetrarla de la manera más vil y descarada, donde tus manos tenían vida propia y ya no querían obedecer al cerebro.
    
    Tomé una decisión, llevé mis dedos más allá de lo caballeroso, y encontré la entrada de su sexo. Un sexo que estaba húmedo y deseoso de mí. Un leve gemido escapó de sus labios, interrumpiendo nuestro beso. Ese sonido, ese gesto. No sabía que lo causó… pero mis manos abandonaron su seno encontraron la bragueta de mi pantalón y mi erección quedó libre, mis dedos abrieron espacio entre sus shores y sus ...