1. Fantasía humectante


    Fecha: 14/01/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Lady S, Fuente: CuentoRelatos

    ... como ligeros pellizcos electrizantes que culminaban en mi cuello.
    
    De pronto oigo una voz preguntar “¿Estás bien?”
    
    Tratando de mantener la compostura, contesté susurrando que sí, que solo me había bajado la presión. Temía que, si alzaba demasiado la voz, mi propia boca me la jugaría en contra y dejaría salir un gemido, una expresión del carnaval lascivo que estaba sintiendo.
    
    Por suerte esa persona se fue, no me di cuenta ni me importaba si habría notado que estaba pasando. Solo que yo estaba extasiada disfrutando de la realidad de mi fantasía.
    
    Tenía que dirigirme a pagar, antes de que fuese demasiado tarde, nunca fui de soportar demasiado los orgasmos y mucho menos en un lugar público. Cada paso que daba podía sentir como se me escapaban mojados hilos de placer de entre mis piernas.
    
    Llegué a la caja, comencé a poner algunos artículos y dispuesta a pagar.
    
    Sabía que, si no reducía las revoluciones de este juguete, me terminaría devorando desde adentro hasta explotar en un fuerte orgasmo. La vergüenza que sentía con tan solo pensarlo me estaba matando. Saqué mi celular, abrí la aplicación y casi temblando fui a cerrarla.
    
    La aplicación se congeló.
    
    Las revoluciones no cesaron, mis piernas casi no podían sostener mi cuerpo, mis uñas casi que rasgaban mi holgada pollera tratando de soportarlo. No había nada ...
    ... que hacer, traté de pagar como pude mientras la cajera me observaba entre cerrando los ojos y se preguntaba que me estaría pasando.
    
    Ya no era dueña de mis acciones, cuando traté de responder, no me expresé yo, sino mi cuerpo, soltando un gemido justo cara a cara.
    
    Ella me observó de arriba abajo y notó mis piernas casi echas un moño, enseguida entendió.
    
    Me dejó ir sin preguntarme nada.
    
    Despacio caminé unos metros, pero tuve que agacharme, mis piernas se retorcieron junto al resto de mi cuerpo y finalmente un fuerte clímax apareció… comencé a gritar en silencio cerrando fuertemente los ojos. Es como si el tiempo se congelase por un segundo. Todo el cuerpo tiembla, se entumece y vuelve a temblar en tan solo milésimas de segundos. Es como si quisieras que pare, pero al mismo tiempo no, a eso le sumas toda la sensación de que sea un lugar público y se intensifica a unos niveles indescriptibles.
    
    Al momento de volver al mundo físico agitada y extenuada, observé a mi alrededor esperando decenas de miradas acusantes, pero nadie lo hizo, todas estaban en lo suyo. La satisfacción fue doble, pude apagar el poderoso juguete y contenta como toda una señorita estilizada caminé semi empapada de mi propia fantasía hacia la salida, sin antes pasarme un dedo por la zona más mojada y llevármelo a la boca para degustar mi capricho. 
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