1. Diario de Claudia: vida de puta travesti. Parte 1


    Fecha: 02/08/2017, Categorías: Grandes Relatos, Autor: ClaudiaZorra, Fuente: CuentoRelatos

    Al final de tanto tiempo, y viendo los pros y contras, me di cuenta que ya no necesitaba dos empleos, el de la oficina y el nocturno, así que decidí, obviamente, optar por el segundo ¡no hay que ser genio!
    
    Mis excompañeros de oficina me adoraban y prácticamente los tenía bajo mis tacones, sobre todo los tipos casados; y como ya no tenía el almacén del sótano para mi “trabajo”, empecé a usar un hotelito en la 31 como mi nueva “oficina”. Los chicos solo tenían que contactarme por celular y en cuestión de horas, me llenaban de semen por un lado, y efectivo por el otro. Hice un trato con el administrador del hotel de modo que a él le tocaba un porcentaje de la noche (además no era la única usando su negocio). De ese modo para todo propósito me había convertido en una prostituta a tiempo completo. Ahora mi rutina ya no era de 8 am a 5 pm sino más bien de 8 pm a 5 am; en un buen fin de semana fácilmente sirvo entre 25-30 felices clientes; por el momento mi “record” es de 16 en una sola noche. Ese día era un feriado; llegué al hotel como a las 6 pm y no salí hasta las 5 am del día siguiente; fue toda una noche de sexo sin parar…las vergas entraban y salían de mi cuerpo una tras otra, dejando rastros de esperma caliente por todos lados; hice más dinero que un mes de trabajo “normal”. No podría estar más feliz.
    
    Una de esas noches, como a las 10, salí como siempre, con mis tacones de 8 pulgadas, mi pantaloncito negro de spandex y mi top rojo a darme una vuelta por la calle 30, ...
    ... en dirección al parque. Era mi ruta. Llegué a la carrera 9 así que me senté al pie de las rejas del parque para fumar un cigarrillo. Había una brisa fresca que mecía mi cabello de manera muy sensual; crucé las piernas, obviamente con la intención de exhibirme a los transeúntes. No pasó ni 15 minutos cuando lentamente se aproximó una camioneta tipo SUV de color blanca; el conductor bajó el vidrio lateral y lanzándome una sonrisa trata de llamar mi atención:
    
    “Hola nena, ¿qué hubo? ¿Qué haces aquí tan sola?
    
    “¿Qué crees?” Le respondí con una sonrisa y al mismo tiempo abriendo las piernas.
    
    Me acerqué al auto para ver qué tenía disponible y me doy con la sorpresa de encontrarme con cuatro chicos, en sus 20s quizá, todos con rostros de querer cogerse a alguien. Usualmente no me meto con pelados tan jóvenes, siempre prefiero los maduros con experiencia pero a esa hora ya me sentía bien caliente y quería empezar lo antes posible.
    
    “¿Quieren servicio para los cuatro?” Pregunté
    
    “Sí, para todos. ¿Puedes? ¿Cuánto nos saldría?”
    
    “Por supuesto que puedo papi, pero la hora les va a costar 150 a cada uno, ok?” “Y ustedes pagan el cuarto”
    
    Los cuatro se miraron como quien dice “lo hacemos o no” – un par de ellos se veían nerviosos, como si fuese su primera vez con una trans. Luego de murmurar entre ellos, el piloto me dice. “Ok, trato nena. Sube al auto”
    
    Me acomodé en el asiento trasero, entre dos de los chicos. Sabía que esto sería interesante. No estaban mal, se les veían ...
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