1. Ellas cogen ellos miran


    Fecha: 06/12/2023, Categorías: Lesbianas Autor: carogonza80, Fuente: CuentoRelatos

    Esta historia la viví hace unos meses atrás en la Capital Federal. Con mi pareja nos tomamos dos días en el trabajo y decidimos pasarlos en la gran ciudad.
    
    Viajar, pasear, conocer nuevos lugares, nuevas personas, es muy importante para mí. Le da aventura a mi vida, adrenalina, oxitocina, me excita, en fin, voy en busca de nuevas historias que contar.
    
    Llegamos muy temprano ese día a nuestro destino, un hotel ubicado en plena calle Corrientes. Luego de hacer el check in y dejar las valijas, dejamos el hotel camino a un café cercano donde desayunar rico.
    
    Al cabo de un hora nos encontrábamos caminando en una plaza cercana, al llegar a un banco nos sentamos a descansar, apreciar la arquitectura del lugar, y a hablar de todo. Hablamos de la historia de la ciudad, la gente que por allí pasaba, de nuestra relación, hablamos de todos esos temas que no conducen a ninguna conclusión, esas conversaciones sin finales.
    
    Y mientras hablábamos, entre la multitud de la plaza una pareja capturó nuestra atención, haciendo que el silencio nos invadiera y nuestros ojos se fijaron en ellos.
    
    Su presencia nos atrapó, nos erotizó. Los observábamos, estrenaban la tercera década de vida, rebosaban energía y alegría, y también erotismo y sensualidad.
    
    Estaban sentados en el pasto, sobre una pequeña manta ocupada en su totalidad, además, por bultos que desde la distancia parecían ser bolsos y abrigos.
    
    Podíamos ver como se acariciaban y se miraban a los ojos mientras cruzaban palabras ...
    ... y risas.
    
    Mi mirada solo era para ellos, como si el bullicio de la ciudad y de los transeúntes hubiera desaparecido y, el tiempo pareciera pasar más lento.
    
    Los miraba a lo lejos y veía cómo sus labios se movían sensuales al hablar, las lenguas los humedecían y se encontraban en un beso.
    
    Las manos de uno acariciaban los muslos del otro acompañando siempre con un beso.
    
    Podía ver el suave movimiento de sus lenguas erotizadas al besarse.
    
    Las manos del muchacho acariciaban con el dedo índice suavemente los pezones duros que la camisa de la muchacha dejaba traslucir.
    
    El roce de los cuerpos era constante.
    
    Ellos estaban calientes y nos calentaron a nosotros.
    
    Crucé miradas con mi pareja, apreté mis dedos sobre sus muslos y nos fundimos en un beso caliente, como toda esa situación.
    
    La joven, desprejuiciada, libre, caliente, cruza sus piernas por encima de las del muchacho y enciende un cigarrillo. Las risas y las caricias iban en aumento. Ya era tiempo de retirarse, esa pareja necesitaba intimidad.
    
    Rápidamente juntaron sus cosas y se fueron de la plaza, caminando juntos, riendo abrazados.
    
    Por otro lado, nosotros, quedamos encendidos, calientes, pero estábamos en un lugar público, con niños jugando y no queríamos hacer nada inapropiado.
    
    Permanecimos un tiempo más en aquella plaza, pero los besos, las caricias y la calentura fueron menguando.
    
    Nuestro próximo destino turístico era una estación de subte, y hacia allí fuimos.
    
    Yo vivo en una ciudad ...
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