1. Mi primera vez en un club swinger (parte 2)


    Fecha: 06/10/2023, Categorías: Primera Vez Autor: xMystic, Fuente: CuentoRelatos

    Después de haber disfrutado al máximo cogiendo con mi novio y con aquellos dos desconocidos, decidimos entrar al cuarto de sadomasoquismo.
    
    El club me estaba pareciendo de lo más interesante, todo el mundo era muy amigable, atentos y sensuales. Había gente de todo tipo, distintas razas, distintos cuerpos, distintos deseos...
    
    Se podía percibir la sensualidad en el aire.
    
    Entré con mucha timidez al cuarto de sadomasoquismo. Al igual que el cuarto de juegos, tenía luces rojas, paredes rojas, y muebles negros. De las paredes colgaban arneses y cadenas con las que te podían atar y tú podías elegir quién te hacía percibir humillación y dolor.
    
    Porque al final, por más erótica que fuese ésta práctica, su meta principalmente es dar/recibir placer mediante el dolor.
    
    Sin embargo, me parecía muy interesante pues nunca había estado en un lugar así. Mientras miraba embelesada a mi alrededor cómo las personas disfrutaban de dicha experiencia, me percaté que había una mujer acostada en una especie de camilla al fondo derecho del salón.
    
    Me acerqué con mi novio por curiosidad y vi que ella se encontraba boca arriba, con los ojos vendados y sus pechos al aire. Sus tobillos y muñecas estaban amarrados a la camilla con unas esposas de cuero negro.
    
    Su piel color marrón se veía irritada.
    
    Había un hombre parado frente a ella con un pequeño látigo que usaba para azotarla. Sus pezones oscuros estaban estallando de placer siendo estimulados por unas pinzas de metal. Ella ...
    ... gemía fuerte, en su cara se podía ver que realmente disfrutaba del dolor. Incluso más, la cara del tipo...
    
    Me observó fijamente, me sonrió y extendió su mano para que yo azotara a la mujer.
    
    –Inténtalo. Te va a gustar.
    
    Yo me quedé paralizada por un momento porque no sabía si esto se saldría de mis límites. Pero luego pensé: ¿cuáles límites?
    
    Quizás la mujer no va a saber que son otras manos las que la azotan. Unas manos femeninas.
    
    Tomé el látigo con certeza, di media vuelta para sonreírle a mi novio y me paré justo detrás de su cabeza.
    
    Tenía una vista entera de todo su cuerpo, de cabeza a pies.
    
    Comenzaba a excitarme la situación.
    
    Había algunas personas mirándome, aparte de mi novio y del tipo que la estaba azotando anteriormente. Tenía una pareja de unos 60 años al frente mirando extasiados, y a mi lado derecho, una pelirroja sentada sola viéndome mientras bebía de su Martini.
    
    Entonces, comencé a recorrer con el látigo todo el cuerpo de aquella mujer. Desde arriba, hacia abajo.
    
    Lentamente paseaba el látigo por su cuello y sus hombros, y poco a poco llegué a sus senos. Sus pezones todavía estaban siendo estimulados por las pinzas y estaban completamente erectos por supuesto.
    
    Comenzaba a sentir como la excitación se apoderaba de mí. Quizás era la sensación de no poder saber lo que ella estaba sintiendo pero desear sentirlo al máximo lo que me hacía excitar.
    
    O al contrario, lo que me excitaba podía ser que yo estaba teniendo el control sobre su ...
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