1. El reencuentro con el lector


    Fecha: 25/09/2023, Categorías: Fetichismo Autor: Bellota D I, Fuente: CuentoRelatos

    ... deslizaban deliciosamente. Estaba lo suficiente arrecha para alcanzar el orgasmo en un par de minutos.
    
    Nos teníamos que encontrar a las 18 h en un hotel de la ciudad y, para ir, tenía que tomar un bus durante media hora. Era poco, pero entre las ganas de volver a ver a Alejandro y la ligera inseguridad que tenía al sentir el aire que pasaba debajo de mi falda roja, entre mis piernas y que acariciaba los labios de mi sexo, se convertía en un viaje insoportable. Había optado por la segunda opción que él me ofrecía con el paquete. No llevar nada. Liguero, medias negras finas y falda. Estaba lista para ser cachada en cualquier momento.
    
    Alejandro me escribió justo cuando bajaba del bus. “Llegué, habitación 105. No hace falta que pases por la recepción”. El hotel ocupaba un antiguo monasterio, era el mismo que la última vez. Subí la imponente escalera de piedra con un paso rápido, no la recordaba tan impresionante. La alfombra gruesa del pasillo ahogaba el ruido de mis tacos apurados. Estaba febril, apenas unos metros y pocos segundos me separaban del hombre que tanto deseaba. Toqué tímidamente a la puerta. Se abrió. Alejandro. Nos abrazamos con fuerza y apuro, nos besamos con deseo y satisfacción. Por fin. Le agarraba el cuello y la cara, acariciando su barba negra puntuada por unos hilos plateados. Él me agarraba la cintura y las nalgas mientras me devoraba la boca. Cerramos la puerta detrás de nosotros sin dejar de abrazarnos, una verdadera escena de película, con un par ...
    ... de detalles personales, por cierto. En el bolsillo de mi abrigo, busqué el calzón que me había regalado y se lo entregué. Me miró con sorpresa un instante y pasó su mano debajo de mi falda.
    
    —Eres una diosa… —suspiró entre dos besos, acariciando mis nalgas desnudas.
    
    Sentía su entrepierna dura e hinchada contra mi pubis. Desabroché su cinturón con gestos nerviosos mientras sus dedos comprobaban mi excitación. Apenas me los metió un par de segundos que me di la vuelta y me apoyé en el pequeño escritorio de la habitación, mirándome en el espejo que estaba encima. Había fantaseado algo con preliminares más largos, para que el deseo subiera lentamente entre nosotros, tomar el tiempo de lamernos, besarnos más en la cama, abrazarnos. Pero, en la realidad, era imposible detener las ganas de que me penetrara al instante y las ansias eran compartidas. Alejandro solo había levantado mi falda y mi blusa, dejando mis tetas desnudas que agarraba con fuerza. Me asombré un poco hacia adelante, mirándolo a los ojos en el espejo. Su verga perfectamente dura entró lentamente en mi concha, dejándonos esta sensación indescriptible de placer y de alivio cálido que se tiene en el momento de la primera penetración. Sin soltar mi mirada, me regaló un par de idas y venidas profundas, amorosas y magistrales. Al ver que acercaba mi mano para tocarme, la reemplazó por la suya, mi clítoris sensible y mojado reclamaba el par de caricias que me iban a hacer volar. Me mantuvo su sexo profundamente metido ...
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