Intercambio inesperado (para ella) - Relatos Eróticos

Intercambio inesperado (para ella)

Intercambio inesperado (para ella)

Mi nombre es Ester, tengo 40 años y les voy a contar mi historia de un intercambio que no deseaba y con consecuencias inesperadas.
Mi esposo se llama Osvaldo, tiene 45 y vivimos en Paraguay. Yo mido 1,60 y hago mucho gym, por lo que estoy muy en forma. Tengo una grandes tetas y cintura de avispa, pero
lo que mejor tengo son muy caderas anchas y excelente trasero. Osvaldo mide 1,85 y también hace ejercicio y es muy atlético.
El asunto es que ya tenemos unos 20 años de casados y nuestra vida sexual se ha vuelto muy monótona. Osvi, como le digo de cariño, me ha insistido que hagamos 
posiciones diferentes en la cama, pero yo soy muy tímida y no me gusta nada de eso. Solo las posiciones tradicionales. Ni que decir del sexo oral o anal.
Una vez Osvi trató de meterme el tuco por el ano y duré más de una semana sin hablarle. Sé que él es medio pervertido, pero a mi nada de eso me va. y si me quiere 
se tiene que aguantar.
El asunto es que tenemos una pareja que somos muy amigos y nos reunimos de vez en cuando para charlar. Como imaginarán yo no tomo mucho, aunque todos los demás si 
les gusta y bueno ... ya saben que yo tomo una copita de vino y ya estuvo.
Supe por Osvaldo que Mauricio y Olga (nuestros amigos) si son más activos sexualmente y les gusta hacer posiciones distintas e incluso han empezado a usar algunos juguetes.
Esto me lo contó con la clara intensión de que yo también fuera más abierta con el sexo, pero no logró ...

... nada.
Me ha estado contando Osvaldo que ellos se han abierto ultimamente a diferentes experiencias sexuales, juegos sin mayor importancia, como que ella sale sin ropa interior,
o incluso que una vez Mauricio se la metió en una disco, aprovechando el barullo y la falta de ropa íntima.
Últimamente, he visto a Osvi muy conversón con Mau, como si tramaran algo, pero no sabía que podría ser. Supuse luego que era un viaje al mar que nos invitaron.
Así que nos fuimos los 4 a una hermosa villa en la playa en una zona muy poco visitada, por lo que estuvimos muy solos y sin vecinos.
En el día fuimos al mar y tanto Olga como yo nos pusimos un traje de baño que no dejaba mucho a la imaginación. Olga es más alta que yo, es rubia y muy hermosa, pero 
ya tiene unos 48 años y Mauricio ronda los 50. Ya se le ven las canas, pero se conserva bastante bien.
La cosa es que después de llevar sol, nos fuimos a la villa y descansamos un poco. En la noche los chicos se encargaron de la cena. Andaban muy misteriosos y nos dieron
una comida deliciosa, y una bebida que si bien estaba rica, tenía un sabor un poco extraño.
Así, después de cenar nos quedamos charlando. Yo empecé a sentirme un poco rara y Olga también. A mi me empezó como un mareo, seguido de un ardor en la pepa terrible.
La sentía que me ardía y me dieron unas ganas locas que tener sexo. Ví que Olga se puso igual. Así que empezamos a bailar, cada quien con su pareja.
Al rato, no que porqué pero me empecé a quitar la blusa, quisas por el ...