1. Había una vez una joven


    Fecha: 28/07/2023, Categorías: Jóvenes Tus Relatos Autor: SophieSimmons, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    En esta ocasión quiero contarles la primera vez que tuve sexo con alguien menor que yo. Fue ya hace muchos años, yo tenía veintitrés años. Estaba cursando tercer año de la facultad y estaba de novia con un muchacho cinco años mayor que yo, pero como siempre en mi vida, y en esta puta suerte que tengo de formalizar con hombres que no me satisfacen sexualmente, mi novio de aquél entonces también me tenía a dos velas en cuanto a la intimidad se refiere.
    
    Todavía vivía con mis padres. Ellos ya podían centrarse en su vida profesional, confiaban en que era una muchacha seria y responsable, y que mi vida se resumía a la universidad y nada más. En parte era cierto, pero lo que no sabían era que aprovechaba los momentos en los que estaba sola en casa para poder coger con mi novio. Cuando él dejó de atenderme como era debido, estuve seis meses en abstinencia y entonces sí me permití engañarlo.
    
    Mi hermano tenía un compañero de artes marciales con el que teníamos buen trato. De tanto verlo nos habíamos hecho amigos, y cada tanto venía a casa a verlo y charlar con él sobre sus problemas con su novia, pero él nunca estaba, pues aprovechaba que no estaban mis padres para irse a callejear por ahí, drogarse y beber. De manera que yo lo recibía.
    
    Francisco en ese momento tenía dieciséis años. pero parecía de veinte. Era un muchacho atlético, alto, de lindas facciones, atractivo, y yo estaba en mis veinte, tenía más ganas de que me la pongan que de estudiar, tenía la casa sola y tenía ...
    ... un cuerpo escultural. Como siempre, Fran había ido a ver a mi hermano, buscando consejo porque se había peleado nuevamente con la novia, pero no estaba. Lo invité a pasar, le preparé un té, hice algo de comer para él y conversamos un rato. Disimulando lo obvio, le dije que si me acompañaba a mi habitación, pues me dolía mucho la espalda de tanto estudiar y que me gustaría recostarme en la cama. Imagino que se pensó que iba a terminar como terminó todo, pero me siguió la corriente y subimos.
    
    Se sentó en el borde de mi cama, evidentemente incómodo, y yo me recosté en las almohadas, muy relajada y conversando con él.
    
    Lo primero que me saqué fueron las zapatillas y las medias, le puse los pies cerca del cuerpo y empecé a acariciarlo pero Francisco no aflojaba. Me acerqué un poco más, aprovechando la generosa delantera que Dios (y los genes de mi familia) me habían dado. Nada. Tuve que ser más activa y me recosté, boca abajo sobre su regazo. El respingo que dio fue algo muy gracioso, sentía como su verga se había puesto dura de un segundo al otro, y que no sabía qué hacer conmigo. Me pidió que levante, porque estaba demasiado cerca de él, a lo que yo le respondí, con toda la inocencia del mundo, que no estaba haciendo nada malo.
    
    —Es que... no quiero mandarme cagadas —me confesó—. Mucho menos con Lucía.
    
    —¿Por qué te mandarías cagadas con ella? —le pregunté. Francisco me miró.
    
    —Porque ella es mi novia, y siento que lo que hiciste es como meterle los cuernos —respondió. ...
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