1. Los Panty de Dolores


    Fecha: 03/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    El domingo fue un día penoso. Tenía una resaca de caballo y me sentía a morir. Había salido la noche anterior, hasta muy de día, y hasta me quedé a desayunar churros, que me sentaron como el culo. Uno de los recuerdos que me quedan de la velada es llegar a casa, y mientras intentaba abrir la puerta de la calle (sin éxito), mi vecina Dolores me abrió. Se dirigía, como cada domingo, a por el pan y el periódico. Lo sé porque los pocos fines de semana que no salgo y me emborracho, la veo llegar a mediodía con un pan y un periódico. - ¡Buenos días! –me saludó–. Hoy has mad**gado mucho, eh Tomasín –dijo bromeando. Como me conoce desde que nací prácticamente, siempre me ha llamado Tomasín. - Buenas… pues sí, hoy se me ha hecho un poco tarde… –acerté a decir. - ¿Qué tal tus padres? Hace mucho que no los veo y que no vienen por aquí… –observó. Mis padres se fueron a vivir al pueblo hace un par de años, hartos de residir en la ciudad. De manera que me dejaron el piso en el que habíamos vivido siempre. Tenía a mi disposición una amplia vivienda de 120 metros, en pleno centro de Zaragoza. Lo cual, para un soltero de treinta años, con trabajo y sin hipoteca, era un auténtico chollo. - Pues bien… por el pueblo están –dije; tenía resaca y no me apetecía que me diera el coñazo. - Dales un beso –me pidió. - De tu parte. - Anda tira a dormir, que vaya cara me llevas –se despidió finalmente, dándome dos suaves palmadas en la mejilla. La verdad es que a lo largo de mi vida han caído bastantes ...
    ... pajas con la Dolores, sobre todo cuando era más joven; pero esa mañana sólo tenía ganas de echarme a dormir. Para mí había sido un mito erótico en mi adolescencia, cuando ella tenía treinta y tantos: por entonces era un pibón que estaba soltera, morena de grandes pechos, y enseñando casi siempre las piernas llevando faldas. Además simpática, siempre tenía un saludo afectuoso o una palabra agradable, muy risueña y dulce. Lo que se dice una mujer de bandera. Pero ahora, le había pasado como al buen vino: había mejorado con el tiempo. Con cincuenta años, seguía vistiendo igual. Su figura no sólo no había envejecido, sino que se veía cada día mejor. Se notaba que se cuidaba. Y seguía tan amable y soltera como siempre.---------- A la semana siguiente, llegué un día a casa a la hora de comer. Mientras subía las escaleras (escaleras grandes de bloque viejo), me crucé con la Dolores. - ¿Qué, ya te has recuperado? –se interesó con una sonrisa. - Buf, sí, el domingo estuve muerto todo el día –contesté. - Si es que ya no tienes edad –dijo riendo, mientras me cogía del brazo. Siempre ha sido muy tocona, y no ha tenido reparos en agarrar del brazo, coger el hombro o tocar la cara. A mí, por supuesto, nunca me ha importado lo más mínimo. - Deja, que yo siempre rockanrolearé –aseguré. - Ya verás cuando tengas mis años, ¡que ya no te queda tanto! –bromeó. - Anda ya Lola, si tú te conoces todos los garitos del Casco y la Zona –le vacilé, mientras yo ya subía las escaleras y ella se alejaba ...
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