En baños públicos - Relatos Eróticos

En baños públicos

Estaba de viaje visitando a unos familiares, había estado acumulado mi deseo sexual durante días ya que no había pasado prácticamente ni un momento a solas, la prima de mi madre, a quien estábamos visitando es una mujer extremadamente controladora, incluso más que mi propia madre y eso ya es mucho decir.

Compartia habitación con varias mujeres, no podía durar mucho en la duchas antes de que me apagarán el agua caliente y hasta cuando iba al baño me controlaba el tiempo, la mujer está loca, compadezco a sus hijos, pero bueno aquí lo importante es que me estaba volviendo loca y las conversaciones calientes que tenía por chat con algunos hombre no hacían más que excitarme sin control.

Para ese momento aún cometía la imprudencia de guardar mis fotos calientes en el celular, así que enviaba esas en las conversaciones, pero la semana pasaba lento y dichas conversaciones eran mi única distracción real, rapidamen se agotó mi galería y ya no sabía que más enviar, me gusta que me vean por lo que la opción de solo hablar no me gustaba.

Era martes o miércoles cuando finalmente un hombre al que llamaremos Juan me propuso un pequeño juego, consistía en tomarme fotos rápidas, la dinámica era esa literalmente, no importaba qué hora era o si estábamos hablando, yo me tomaba una foto cada que podia y se la envíaba, las fotos eran en los contextos más casuales, como cuando iba a la cocina para lavar algún vaso, me acomodaba en el ángulo ciego y me subía la camisa para fotografiar mi ...

... tetas o subiendo las escalera subia de últimas y cuando los demás daban el giro , yo subía mi falda para tomar diferentes fotos de mi vagina.

La adrenalina que se sentía era en definitiva deliciosa, además Juan se dedicaba a darme ideas de cómo encontrar momentos a solas para tomarme las fotos, haciendo esto las horas comenzaron a hacerse menos eternas y al pasar el tiempo cada vez era más arriesgada, ya no solo tomaba las foto lo más rápido que podía, si no que me tomaba el tiempo de posar para que salieran mejor o de buscar ángulos con mejor luz, también grababa pequeños videos.

El sábado era el último día en esa casa y ya habíamos agotado el juego erótico que habíamos inventado, con mi familia salimos a almorzar a un restaurante típico de la ciudad, mientras esperábamos a comida recibí varios mensajes de Juan, me preguntaba si no podía mandarle una foto, respondí que no creía por qué estaba fuera de casa.

La conversación fue avanzando y hablamos de volver hacer una videollamada, Juan era casado y unos meses antes habíamos echo una video llamada mientras su esposa estaba dormída, fue muy rico y nos dió mucho morbo, e influenciada por la excitante anécdota le propuse hacer una en ese momento y dijo que si.

Mi plato fue de los primeros en llegar, comi muy rápido y mientras los demás acaban anuncie que iba al baño, mientras caminaba hacia el baño lo llame, contesto en seguida, él ya tenía la verga afuera y se la frotaba lentamente para ponerla dura, tenía audífonos ...