1. Mi primera vez con Rosita, mi sirvienta


    Fecha: 26/09/2018, Categorías: Fetichismo Autor: oocoon, Fuente: RelatosEróticos

    Hola tengo 20 años y vivo con mi hermana y mi madre. Tenemos una casa bastante amplia por lo que mi madre tuvo que contratar a una sirvienta quedada (tiene su cuarto en mi casa) llamada Rosa. Ella es una mujer un poco más grande que yo aproximadamente de 27 años.
    
    La verdad era una muchacha de pueblo, pero tenía un cuerpo increíble. era morena, sus tetas eran de tamaño bastante considerable (a veces cuando salía de paseo usaba escotes y se le veían increíbles) y un culo bastante formadito por sus jornadas de trabajo.
    
    No pasaba de masturbarme pensando en ella, fantaseando y a veces robando sus tangas de la ropa sucia para eyacular sobre ellas y meterlas de nuevo al cesto. Me encantaba olerlas, imaginaba su chocho que había ocupado esas prendas y me dejaba la verga seca de tanta paja hasta que comencé a notar que me miraba de un modo un poco extraño.
    
    Un día estaba en mi cuarto escuchando música cuando entró Rosa a hacer limpieza. No le presté atención y seguí con lo mío en mi computadora. Rosa traía sus pants de trabajo que no eran más que unos pants negros pegaditos que dejaban ver su culo casi al desnudo.
    
    Cuando se puso a tender mi cama pude ver por el reflejo de mi computadora que la hacía de una manera muy sensual, me puso a mil y no pude evitar una erección. Empinaba su culito cada que se subía a la cama para sacudirla, casi quedaba acostada boca abajo, parando el culo como si quisiera que la viera. Me paralicé y decidí no voltearme a verla o decirle ...
    ... algo.
    
    Al día siguiente mi hermana salió con mi mamá a comer y de compras, yo me quedé solo viendo la televisión en la sala, para esto rosa se había puesto de nuevo sus pants negros y una blusita casi de trapo con botones en el escote, y mientras sacudía los muebles la vi de reojo que se quitó dos botones, dejando ver sus ricas tetas.
    
    Ella sacudia y sacudía, y en una de esas al inclinarse demasiado alcanzé a ver sus pezones, sus tetas colgaban de una manera hiponitizante mientras limpiaba la madera de la mesita de te y sabía que lo hacía para provocarme. No pude evitarlo de nuevo y tuve otra erección. Decidí apagar la tele y subir a mi cuarto para hacerme una paja y calmarme.
    
    Entré a mi cuarto, me desabroché el pantalón y saqué mi verga erecta para empezar el acto de masturbación cuando me puse a pensar que podía cogermela, que ella me estaba entregando ese par de tetas en bandeja de oro y muy posiblemente ese culo de campeonato.
    
    Me quedé en boxers y coloqué mi verga de modo que quedara sujeta con el elástico del boxer, para dirijirme a la cocina donde ahora estaba lavando trastes. Me asomé para verla y ahí estaba ese culo listo para ser envestido por mi ya urgido y erecto pene.
    
    Me saqué la verga por el orificio del boxer, dejandola al aire y me le acerqué de puntitas para que no me oyera hasta que la tomé de la cintura pegando su culo con mi verga, apretándonos mi verga se aplastó en ese canal donde su espalde deja de ser espalda. Rosa se alarmó al principio pero sedió ...
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