Sobrina - Relatos Eróticos

Sobrina

soy un joven alto, delgado de piel trigreña, tengo dos hermanas mayores con sus respectivos hijos, la mas grande 2 uno en plena adolescencia y la otra una nena muy rica de piel blanca.(mi relato se centra en ella)

Es algo llenita, de pancita un poco prominente, tiene linda voz y un cabello lacio y rubio cenizo, tiene unas piernas llenitas como su complexion pero apetecibles cuando usa short.

 un dia comun y corriente, cuando estaba en mi casa. Me encontraba jugando videojuegos en mi computadora, en el cuarto de mi madre hay una tele, entre a ese cuarto para buscar una hoja donde tomar apuntes del juego, cuando me di cuenta que ella se veia algo agitada y veia caricaturas por YouTube, no le preste atención, pero se me hizo extraño eso; sali a continuar con lo que estaba haciendo y por distracción olvide recoger una pluma, entre y pude ver a mi sobrina jugando con su rica puchita de nena, con un aparato que servia para dar masajes faciales, no se percato de mi reingreso al cuarto, ya que tenia los ojos cerrados al estar pegando ese aparato a su clitoris, presionando fuerte y luego soltando.

En ese momento se me puso la berga dura, nunca la habia visto de esa forma antes, pero verla autocomplacerse me excito demasiado, no pude aguantar mas, levante la voz con un tono de enojo, preguntandole que estaba haciendo.

En ese momento se subio el pantalon y no sabia que decir o donde meterse o de que color ponerse.

-tio, por favor no le digas a nadie

Pude escuchar al ...

... final con su tierna voz.

En ese momento estaba muy arrecho.

Le dije que estaba bien, que era algo normal y que no le diria a nadie si me permitia verla hacerlo otra vez.

Algo dudosa acepto, en parte miedo a que la delatara, en parte pude ver como le brillaron los ojos.

Comenzo a bajarse el pantalon otra vez, vi enrojecidos sus ricos labios, y comenzo otra vez a pegarse el vibrador, no pude aguantarme y me saque la pija dura como piedra y observandola a cierta distancia y de pie comencé a masturbarme al igual que ella. Después de un rato ella puso atención a lo que hacia y detuvo su accion y comenzo a hacerme preguntas de que hacia o porque.

Mientras se acercaba con curiosidad,

Le explique que hacia lo que ella, me hacia sentir rico porque eso me gustaba.

Comenzo a acercarse mas y sin pedirselo empezo a tocarme ella también, le dije que se sentia mas rico si ella me ayudaba y yo a ella,

Nos sentamos en la cama, la sente en mis piernas y comence a acariciar todo su rico cuerpo, suave, olia rico a dulce. Pasando mis palmas por su pancita y luego ppr esas piernas gorditas que tenia, me decia que sentia cosquillas y lentamente empezo a llevar mi mano a su puchita y empecé a estimular su clítoris, era delicioso escucharla gemir.

No aguante mas, le quite por completo su pantalon y me saque la verga, la meti entre sus piernas y mientras la dedeaba conduje una de sus manitas a frotar la punta de mi pene, fue delicioso sentir sus manos torpemente acariciarme, ...